El debate se extenderá durante casi todo el verano. Después, podrían pasar el resto de sus vidas en la cárcel.
“Estamos desesperados, queremos que todo sea lo más rápido posible”,dijo a Ramón Dupuy, abuelo de Lucio. Con una mezcla natural de emociones, así esperan con la familia el inicio del juicio que empezará a llevarse a cabo el próximo jueves 10 de noviembre. Será a puertas cerradas y está prevista la declaración de entre 60 y 80 testigos. En principio, el 22 de diciembre será el momento de escuchar los alegatos y en febrero se conocerá el veredicto del caso que conmocionó a todo el país.
“Queremos que sean separadas”,subrayó Dupuy, que desde hace tiempo advierte que las mujeres pasan sus días en el penal como si se hubieran ido juntas de vacaciones.“Tienen un pabellón para ellas solas, su televisor, hacen actividad física”, enumeró con bronca.
Por su parte, Abigail Páez está imputada por “homicidio doblemente agravado” (por saña y alevosía) y “abuso sexual agravado”. “Ella está muy bien, adaptada a la vida en el penal”, comentó la abogada que asumió su defensa, Silvina Blanco Gómez.
“Está haciendo algunos talleres, trabajando en la panadería del penal y esperando el juicio con cierta ansiedad”,precisó la letrada sobre su situación en la cárcel, donde la única persona que la visita es su mamá.
Si bien no hubo acusaciones cruzadas entre la pareja detenida por matar a golpes al nene de cinco años, Blanco Gómez explicó oportunamente que se le brindó un defensor particular a cada una por “incompatibilidades en la defensa”, sobre las que prefirió no ampliar.
Sin muchas precisiones aún sobre cómo será el desarrollo del debate, Ramón Dupuy señaló a este medio que, en principio, se espera que sean presenciales la primera y última audiencia del juicio. “Me gustaría verles la cara de sufrimiento”, expresó, sobre la posibilidad de estar frente a frente con Valenti y Páez. Y apuntó:“Esperamos y tenemos fe de que esta vez la Justicia les dé prisión perpetua sin beneficios”.
Golpes, castigos inhumanos y violaciones
Los mensajes también revelaron que a Lucio“le ponían hielo para que se le deshincharan los golpes de la cabeza”,que acordaban entre ellas “excusas que expondrían en el jardín para justificar la ausencia del chico o para que no se juntara con amiguitos”.
Los fiscales explicaron que “en esos mensajes se puede leer cómo Lucio era una molestia para Abigail y Magdalena y todo el tiempo pensaban cómo quitarlo de sus vidas para que no arruinara su relación de pareja, y según ellas sus peleas y discusiones las motivaba Lucio”.
El dictamen fiscal agrega que “a raíz de las lesiones en la parte genital del niño, se determina la existencia de un crimen por odio por las características de Lucio perteneciente al género masculino”. De los intercambios de mensajes entre las imputadas previos al crimen se traduce que su desprecio principalmente estaba dirigido hacia Christian Dupuy, el padre del chico.
“Planeaban matarlo desde el primer momento”
Las propias acusaciones y los informes provocaron una enorme conmoción en la familia Dupuy, a pesar de que ya conocían detalles desgarradores sobre las golpizas y las heridas fatales que Lucio recibió el 26 de noviembre de 2021.
“La aberración que le han hecho. Lo que sufrió mi nieto. Lo matan por odio de género”, lamentó tiempo atrás el abuelo de la víctima, en una entrevista con otro medio. Sin ocultar su angustia, indicó que la acusación dice que “a Lucio le cortaron los genitales a mordiscones, imagínate lo que ha sufrido, un disparate. También lo estuvieron pisando, mientras agonizaba lo violaron”.
Y remarcó que “ellas (por la madre y su pareja) tenían planeado matarlo desde el primer momento. Todo está en los chats”.
El primer año sin Lucio
“El 5 de julio cumpliría cinco años. Tendría que haber ingresado a sala de 5, el último año del jardín. Pero está en el cementerio”, dijo Ramón en aquel momento. El 11 de febrero pasado, el día que él cumplió 55 años, su hija Cinthia compartió en las redes sociales una foto en donde se lo observa mirando fijo la velita encendida, con el rostro de Lucio tatuado en su pecho.
El debate se extenderá durante casi todo el verano. Después, podrían pasar el resto de sus vidas en la cárcel.
“Estamos desesperados, queremos que todo sea lo más rápido posible”,dijo a Ramón Dupuy, abuelo de Lucio. Con una mezcla natural de emociones, así esperan con la familia el inicio del juicio que empezará a llevarse a cabo el próximo jueves 10 de noviembre. Será a puertas cerradas y está prevista la declaración de entre 60 y 80 testigos. En principio, el 22 de diciembre será el momento de escuchar los alegatos y en febrero se conocerá el veredicto del caso que conmocionó a todo el país.
“Queremos que sean separadas”,subrayó Dupuy, que desde hace tiempo advierte que las mujeres pasan sus días en el penal como si se hubieran ido juntas de vacaciones.“Tienen un pabellón para ellas solas, su televisor, hacen actividad física”, enumeró con bronca.
Por su parte, Abigail Páez está imputada por “homicidio doblemente agravado” (por saña y alevosía) y “abuso sexual agravado”. “Ella está muy bien, adaptada a la vida en el penal”, comentó la abogada que asumió su defensa, Silvina Blanco Gómez.
“Está haciendo algunos talleres, trabajando en la panadería del penal y esperando el juicio con cierta ansiedad”,precisó la letrada sobre su situación en la cárcel, donde la única persona que la visita es su mamá.
Si bien no hubo acusaciones cruzadas entre la pareja detenida por matar a golpes al nene de cinco años, Blanco Gómez explicó oportunamente que se le brindó un defensor particular a cada una por “incompatibilidades en la defensa”, sobre las que prefirió no ampliar.
Sin muchas precisiones aún sobre cómo será el desarrollo del debate, Ramón Dupuy señaló a este medio que, en principio, se espera que sean presenciales la primera y última audiencia del juicio. “Me gustaría verles la cara de sufrimiento”, expresó, sobre la posibilidad de estar frente a frente con Valenti y Páez. Y apuntó:“Esperamos y tenemos fe de que esta vez la Justicia les dé prisión perpetua sin beneficios”.
Golpes, castigos inhumanos y violaciones
Los mensajes también revelaron que a Lucio“le ponían hielo para que se le deshincharan los golpes de la cabeza”,que acordaban entre ellas “excusas que expondrían en el jardín para justificar la ausencia del chico o para que no se juntara con amiguitos”.
Los fiscales explicaron que “en esos mensajes se puede leer cómo Lucio era una molestia para Abigail y Magdalena y todo el tiempo pensaban cómo quitarlo de sus vidas para que no arruinara su relación de pareja, y según ellas sus peleas y discusiones las motivaba Lucio”.
El dictamen fiscal agrega que “a raíz de las lesiones en la parte genital del niño, se determina la existencia de un crimen por odio por las características de Lucio perteneciente al género masculino”. De los intercambios de mensajes entre las imputadas previos al crimen se traduce que su desprecio principalmente estaba dirigido hacia Christian Dupuy, el padre del chico.
“Planeaban matarlo desde el primer momento”
Las propias acusaciones y los informes provocaron una enorme conmoción en la familia Dupuy, a pesar de que ya conocían detalles desgarradores sobre las golpizas y las heridas fatales que Lucio recibió el 26 de noviembre de 2021.
“La aberración que le han hecho. Lo que sufrió mi nieto. Lo matan por odio de género”, lamentó tiempo atrás el abuelo de la víctima, en una entrevista con otro medio. Sin ocultar su angustia, indicó que la acusación dice que “a Lucio le cortaron los genitales a mordiscones, imagínate lo que ha sufrido, un disparate. También lo estuvieron pisando, mientras agonizaba lo violaron”.
Y remarcó que “ellas (por la madre y su pareja) tenían planeado matarlo desde el primer momento. Todo está en los chats”.
El primer año sin Lucio
“El 5 de julio cumpliría cinco años. Tendría que haber ingresado a sala de 5, el último año del jardín. Pero está en el cementerio”, dijo Ramón en aquel momento. El 11 de febrero pasado, el día que él cumplió 55 años, su hija Cinthia compartió en las redes sociales una foto en donde se lo observa mirando fijo la velita encendida, con el rostro de Lucio tatuado en su pecho.