La ex Escuela 50 del Barrio Corradi hace años que está tomada por familias que no tienen dónde vivir y no llegan con sus ingresos a pagar un alquiler.
La Municipalidad de Trelew está negociando con los ocupantes para que se vayan de mutuo acuerdo si consiguen un lugar donde vivir.
Nadie sabe con certeza quiénes viven allí ni hace cuánto que están. Hace unos años los vecinos se sorprendían cuando veían a los policías allanando el lugar para recuperar elementos robados.
Ahora la presencia de patrulleros se ha vuelto costumbre.
Nadie se pregunta quiénes viven ahí dentro. Los vecinos crearon un grupo de Whatsapp de vigilancia en el que ni siquiera confían. Espías y trolls se cuelan por todas partes.
Los vecinos saben que hay tres familias ocupando el predio. El edificio ocupado linda con un jardín de infantes. Al lado hay un gimnasio donde funciona la escuela de boxeo.
Un paredón lo separa del edificio nuevo donde los alumnos van a la escuela.
La primera familia es la más numerosa: integran una agrupación, cultivan la tierra y algunos de ellos hacen trabajos de jardinería. Los llaman los “buenos vecinos”.
Colaboran en la limpieza, ayudan a la gente, pero no pueden moverse de ahí porque no les alcanza para pagar un alquiler. Están ubicados en el sector laboratorio en un ala del fondo.
Allí hay diez personas que conforman una familia numerosa con padres, hijos y nietos. Dicen que hace 17 años que están asentados allí pero esto “es incomprobable”, admitió una fuente.
Las otras dos familias viven en dos casas que habitaba el portero. En la primera de estas vive una familia con dos hijos y en la otra una mujer sola con cuatro de ellos.
Cuando la Policía recorrió el lugar, hace varias semanas, los vecinos se toparon con un hombre que se presentó como el “sereno”.
El lugar estaba oscuro y el hombre iluminaba el paso con su linterna. Los vecinos se sorprendieron al descubrir que había un "sereno".
La última familia es la que despierta mayor inquietud. Los vecinos la identifican como "la casa del portero" a secas. Los que viven cerca de ahí aseguran que ven gente que entra y sale todo el tiempo. Nunca se quedan en el mismo lugar.
Al parecer uno de los que suelen visitar la casa del portero, tiene un apellido conocido vinculado al ámbito delictual.
A nadie les llama la atención que pueda aparecer cualquier cosa.
Los porteros están al tanto de cada movimiento.
La ex Escuela 50 del Barrio Corradi hace años que está tomada por familias que no tienen dónde vivir y no llegan con sus ingresos a pagar un alquiler.
La Municipalidad de Trelew está negociando con los ocupantes para que se vayan de mutuo acuerdo si consiguen un lugar donde vivir.
Nadie sabe con certeza quiénes viven allí ni hace cuánto que están. Hace unos años los vecinos se sorprendían cuando veían a los policías allanando el lugar para recuperar elementos robados.
Ahora la presencia de patrulleros se ha vuelto costumbre.
Nadie se pregunta quiénes viven ahí dentro. Los vecinos crearon un grupo de Whatsapp de vigilancia en el que ni siquiera confían. Espías y trolls se cuelan por todas partes.
Los vecinos saben que hay tres familias ocupando el predio. El edificio ocupado linda con un jardín de infantes. Al lado hay un gimnasio donde funciona la escuela de boxeo.
Un paredón lo separa del edificio nuevo donde los alumnos van a la escuela.
La primera familia es la más numerosa: integran una agrupación, cultivan la tierra y algunos de ellos hacen trabajos de jardinería. Los llaman los “buenos vecinos”.
Colaboran en la limpieza, ayudan a la gente, pero no pueden moverse de ahí porque no les alcanza para pagar un alquiler. Están ubicados en el sector laboratorio en un ala del fondo.
Allí hay diez personas que conforman una familia numerosa con padres, hijos y nietos. Dicen que hace 17 años que están asentados allí pero esto “es incomprobable”, admitió una fuente.
Las otras dos familias viven en dos casas que habitaba el portero. En la primera de estas vive una familia con dos hijos y en la otra una mujer sola con cuatro de ellos.
Cuando la Policía recorrió el lugar, hace varias semanas, los vecinos se toparon con un hombre que se presentó como el “sereno”.
El lugar estaba oscuro y el hombre iluminaba el paso con su linterna. Los vecinos se sorprendieron al descubrir que había un "sereno".
La última familia es la que despierta mayor inquietud. Los vecinos la identifican como "la casa del portero" a secas. Los que viven cerca de ahí aseguran que ven gente que entra y sale todo el tiempo. Nunca se quedan en el mismo lugar.
Al parecer uno de los que suelen visitar la casa del portero, tiene un apellido conocido vinculado al ámbito delictual.
A nadie les llama la atención que pueda aparecer cualquier cosa.
Los porteros están al tanto de cada movimiento.