“No entiendo por qué Báez miente y falsea de manera tan injuriante, maliciosa y violenta”

Ligia Pérez es la exdirectora de la Tasa Judicial. El exministro del Superior Tribunal la sumarió, fue cesanteada y la denunció antes de jubilarse. Ahora rompe el silencio y replica cada cuestionamiento que le hizo el entonces magistrado. “Estuve 7 meses soportando las agresiones, los abusos y las arbitrariedades de este señor”, reveló mientras aguarda que se defina su situación.

Ligia Pérez rompió el silencio tras 7 meses de un duro proceso que no terminó (foto: Daniel Feldman).
21 ABR 2024 - 10:04 | Actualizado 21 ABR 2024 - 10:37

Por Rolando Tobarez/Redacción Jornada

Víctima de una interna ajena, en 2023 la exdirectora de la Oficina de Tasa Judicial del Superior Tribunal de Justicia, Ligia Pérez, quedó en la mira del exministro Daniel Báez, que horas antes de jubilarse la denunció ante el Ministerio Público Fiscal por presuntos desmanejos en el cobro de la Tasa, junto con el exadministrador general Héctor Capraro.
El conflicto le costó un sumario, un allanamiento y su cesantía del Poder Judicial. Pérez se quedó sin sueldo ni obra social. Y desde diciembre aguarda que los ministros del STJ traten su recurso y decidan su reincorporación.
Su vida entera se alteró pero calló durante 7 meses. Hasta ahora.
-¿Cómo atraviesa este momento?
-Siento una profunda tristeza porque en el ensañamiento contra mí se sembró una vez más la duda sobre el actuar en el Poder Judicial. La verdad es que no entiendo por qué razón el doctor Báez miente y falsea de manera tan injuriante, maliciosa y violenta. Demostró una vez más que se cree con impunidad para hacer lo que se le ocurre una y otra vez, aunque esto contradiga un expediente o lo que dicen otros colegas, e incluso lo que le impone la ley. Salvando las distancias, lo que hoy me sucede es parecido a lo que motivó el pedido de juicio político de la Dra. Marcela Pérez Bogado (jueza de Puerto Madryn). ¿Acaso cree que la gente olvidó que renunció al STJ con 3 pedidos de juicio político basados en mal desempeño, maniobras espurias en un caso de abuso infantil, incumplimiento de los deberes de funcionario público, encubrimiento, violencia de género y persecución?
-¿Qué sabe de la denuncia que presentó?
-La desconozco porque aún no recibí nada. Estuve 7 meses soportando las agresiones, abusos, arbitrariedades de este señor, a la espera que el sumario se resolviera y se reconociera que no había incurrido en falta alguna. Sin duda su salida del STJ es saludable para la sociedad.
-¿Por qué decidió hablar?
-Hablo por mis hijas, por mis padres, mi compañero de vida y por mí. Y por esas otras tantas que callan y soportan. Porque como dice mi hija mayor: “Aún no me he rendido”. Eso la llena de orgullo, así que no le pienso fallar.
-¿Cómo se disparó esto?
-El 22 septiembre de 2023 Báez llevó adelante un sumario, nulo porque el acto administrativo que lo ordenaba carecía de firma. Advertido, consideró que la firma de un Acuerdo del STJ era una mera formalidad que no afectaba su validez o existencia. En el proceso omitió el deber de excusación que le impone la Ley de Ética Publica; alteró los puntos de investigación a su antojo; ordenó la suspensión de mi sueldo que hace 7 meses no percibo; falseó los dichos de un empleado para interponerme una denuncia de sustracción de documentos del STJ, motivando un allanamiento en mi domicilio con 12 policías más el testigo, todo en presencia de mis hijas de 9 y 14 años. Como era de esperar no se encontró nada de interés. Me acusó de llevarme una computadora, que siempre había estado en la oficina. Prohibió al personal cualquier contacto conmigo aunque fuera personal, obligándolos a reportarle cualquier comunicación que yo les hiciera. Y me desprestigió públicamente cuantas veces quiso.
-¿Usted no pudo hacer nada con eso?
-Denegó sistemáticamente las peticiones; incluso la declaración del Administrador General, que como mi jefe directo pudo haber aclarado y reafirmado mis dichos. Lo recusé en 3 o 4 oportunidades. En una incluso llegó a resolver su propia recusación; en otra como respuesta me advirtieron que de continuar me iban a multar e iniciar un nuevo sumario.
-¿Cómo repercutió en su vida cotidiana?
-Nada de todo esto fue gratis ni para mi familia ni para mí. Se le llama abuso de poder, ilegalidad, nulidad, falta grave, violencia institucional y de género. La verdad que subestima mi inteligencia y la de sus pares.

El exministro Daniel Báez, con duras críticas de la funcionaria cesanteada.


El sumario

Pérez explicó que un sumario es para determinar si hubo falta disciplinaria. “Éste y no otro debe ser el objetivo. Pero en este caso se inició porque Báez hizo un informe en el que observó tres puntos: que la Oficina de Tasa sólo estaba facultada a intervenir en lo administrativo y por dar opinión en un expediente judicial, el área se excedía invadiendo una función jurisdiccional; también supuestas irregularidades en la determinación y cobro fiscal de un expediente de Esquel, concluyendo que la Oficina y el Administrador General no teníamos competencias para actuar previo a la emisión de un certificado de deuda; y por último la falta de gestión de cobro de los certificados de deuda”.

“El sumario se inició por falta de conocimiento de las misiones y competencias de la Oficina de Tasa y de la Administración General”, dijo la exfuncionaria. “Si se hubiera leído el Acuerdo del STJ 4087, 4291, 4326, 4541, y la norma tributaria de Chubut, el sumario nunca se habría iniciado”.

Sobre los presuntos excesos de la Oficina, Báez “reformuló el objeto de investigación y señaló que no se reprochaba intervenir en un expediente sino que al hacerlo nos excedíamos en facultades, lo cual fue desechado por cuantiosos dictámenes, testimonios y sentencias incorporados al sumario”.
Sobre el segundo punto, “también fue contrarrestado y opuesta la prescripción; también decidió per se modificarlo e incorporar “el daño material” en base a cálculos antojadizos”.
Sobre el tercer punto, la falta de gestión de cobros, “no investigó nada, ni justificó la razón por la que no lo hacía”.
Antes del inicio de la investigación con el informe del 21 de septiembre de 2023, “Báez ya había concluido en la incursión de faltas y había señalado los responsables. Y al ordenar la suspensión sin goce de haberes al día siguiente, ya barajaba como condena la exoneración”.

-¿Hubo una suerte de manipulación?
-La prueba desechaba sus conclusiones iniciales. Entonces introdujo nuevas acusaciones que pudieran sostener una culpabilidad. ¿De qué? Pareciera no importar, el asunto era encontrarme culpable. Este sumario fue el instrumento que Báez usó para ejercer persecución con una discrecionalidad y libertad temeraria. Además de ser uno de mis jefes, era el investigador, el sumariante, quien resolvía. Por pura decisión suya introduce el tema de cooperativas y la tarea de fiscalización de la Oficina que hasta ese momento no había tenido observación.
-¿Usted qué concluye?
-Es mentira que en el sumario se hayan probado desmanejos. Quizás por esto el resto de los ministros no han promovido denuncia penal alguna. Ninguna prueba incorporada en los 6 cuerpos compromete mi profesionalismo y honradez.

Héctor Capraro, el exadministrador general, en el ojo de la tormenta.


Falsedades y dislates

Acerca del juicio de Esquel, “es falso que yo haya sugerido aceptar una propuesta de pago. En ningún lado del expediente judicial o administrativo surge esto. Quien sugirió al juez aceptar la propuesta cancelatoria y condonar los intereses fue el Administrador General, en el marco de sus competencias. Esto le fue advertido hasta el hartazgo a Báez pero sabe Dios por qué razón insiste”.
-Le reprochan no haber emitido el Certificado de deuda…
-Emitirlo es una carga del Tribunal siempre que los obligados no cumplan o no observen la intimación de pago. Toda la deuda por tasa y por multa fue cobrada en tiempo y forma a 6 de los 7 obligados. Con el contribuyente incumplidor, la Oficina agotó todos los procesos para su cobro extrajudicial. Para el cobro judicial –que no estaba a cargo de la Oficina- Báez como máxima autoridad y en los 2 años y medio que estuvo en el STJ, bien pudo iniciar la acción judicial o arbitrar las medidas. Aún más: desde principios del año pasado tuvo para su decisión contratar los ejecutores judiciales de los certificados por tasa, y no lo hizo.
-Báez también le imputa haber influido sobre los deudores…
-Intuyo que quizás mal asistido, incurre en una gran equivocación al afirmar que induje la conducta de los obligados por el error que dice advertir en la fecha de una nota. El informe tenía como fecha marzo de 2018, no marzo de 2019. Demuestra que no hubo dobles intenciones y nada oscuro sino un simple error de tipeo, que bien pudo descartarse requiriendo a la Oficina la fecha de creación del documento Word.
-¿Qué puede decir sobre la tasa de las cooperativas?
-Es falso que yo hubiera dado instrucción contraria a la norma fiscal y menos aún que con el proyecto me hubiese querido beneficiar. Las políticas fiscales son decididas por esferas superiores a la Oficina. Obra en el sumario el testimonio del abogado de la Cooperativa de Comodoro, donde afirma haber tenido reuniones con los ministros del STJ por este tema y que estaba Báez. Estos dichos fueron descartados por el sumariante porque el testigo no los respaldó con otras pruebas.
-El último episodio es una presunta intrusión en los sistemas informáticos…
-Es un dislate total intentar hacer creer que yo podría haber intervenido en un proyecto de sentencia. Ninguno de los 6 jueces que testimoniaron avalan tales dichos, y menos aún que era yo era la única persona del STJ con acceso irrestricto al sistema de gestión judicial. Los dos informes del sumario del Área de Informática contradicen tal afirmación.

“Falta de seriedad”

-¿Es cierto que desde que usted no está subió la recaudación?
-Con una falta de seriedad absoluta se concluye que desde que fui separada del cargo mejoró la recaudación, como si esto dependiera de alguna conducta o mala conducta de esta parte, lo que como mínimo resulta grave. Desde septiembre el valor de la tasa aumentó un 94%. Es lógico suponer que este incremento incida en el total recaudado. Dentro de los 114 millones ingresados en diciembre de 2023, 47 millones se correspondieron a un pago de un adeuda fiscal determinada y liquidada por esta parte en abril.
-¿Qué le queda esperar?
-Que cuanto antes los ministros corrijan los terribles errores cometidos y se aclaren las falsedades en las que se incurrió y se me involucró; y que por fin se resuelva el sumario de manera favorable.
-¿Se siente envuelta en una interna?
-Sí. Fue una guerra de egos y siempre se corta por lo más fino. Y por mujeres.
Se intentó cuestionar la actuación de la directora de Recursos Humanos, que la pusieron a trabajar para mí. Y a los dos meses contra mí.
-¿Ser mujer pesó?
-Es la primera vez en 25 años de profesión que creo que sí. Jamás lo viví ni en mi casa, ni en la Facultad, ni en mi vida privada ni en el Sindicato de Luz y Fuerza; trabajé para una obra social de hombres y no lo viví. Fui consultora del BID y no lo viví. Lo vengo a vivir ahora. No molestó a ningún director del área de Administración General. La pugna empezó con Capraro, pero como renunció siguió conmigo. Es claro que no es una cuestión de Derecho, si no, ni se iniciaba un sumario. La norma facultaba a la Oficina a hacer lo que hacía y lo hacía excelentemente bien.
-¿Cuál es el motivo profundo?
-Yo creo que este ministro al ingresar al Superior tenía una pretensión que no logró. Y al darse cuenta que no lo iba a poder lograr arremetió contra el más débil. Es evidente que soy una consecuencia de su ambición desmedida de poder. Si hubiese hecho algo mal podría decir `Me ataca por esto´. Pero acá no se trata de algo puntual.

El Superior Tribunal, convertido en un escenario de conflicto interno.


Clima enrarecido

-En el clima del STJ, ¿hubo un antes y un después del ingreso de Báez?
-Sí, por supuesto. Lo normal al ingresar a un lugar es apoyarse en los técnicos. En ningún momento analizó cuál era el trabajo. No le importó. Se me requirieron dos informes pero por la interna que había con Capraro. Se presentaron en tiempo y forma, y con sobrados detalles. La Oficina se caracteriza en tener prolijidad absoluta porque maneja plata. Nada se libra al “puede ser”. El resultado debe dar diferencia cero. No fueron informes vagos ni contradictorios. Esos informes está disposición de la población y se elevaron a Presidencia y a Báez porque en teoría había “cosas que no le cerraban”. Esa fue la expresión.
-¿Y por qué no cerraban?
-No le cerraban porque no pidió explicaciones. No es que me pidió aclarar lo que estaba puesto. Lo no se acompañó supuso que no existía y que yo había mentido. A ese nivel. Habla del juicio de Esquel y contesté que la intervención de la Oficina fue que tuve una consulta del tribunal por mail. Pero como no la había acompañado, considera que yo mentía. Después con dos personas al lado, designadas por el Superior, como si fuera una presa, tuve la oportunidad de que me diera media hora de acceso a mi computadora, demostré que ese correo existía y lo entregué.

Pérez, durante su reveladora charla con Jornada (foto: Daniel Feldman).


-¿Cree que en su caso el camino fue decidir la cesantía y recién luego ver el cómo?
-Sí. Me quería exonerar. Está recurrido y ahora el análisis es de los ministros. Es agotador pero ahora no puedo parar.
-¿Sabía que había una decisión tomada?
-No, fui muy ingenua, nunca lo pensé. Ningún técnico con mi formación puede pensar que las cosas son porque sí. Deben tener un sustento legal.

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Ligia Pérez rompió el silencio tras 7 meses de un duro proceso que no terminó (foto: Daniel Feldman).
21 ABR 2024 - 10:04

Por Rolando Tobarez/Redacción Jornada

Víctima de una interna ajena, en 2023 la exdirectora de la Oficina de Tasa Judicial del Superior Tribunal de Justicia, Ligia Pérez, quedó en la mira del exministro Daniel Báez, que horas antes de jubilarse la denunció ante el Ministerio Público Fiscal por presuntos desmanejos en el cobro de la Tasa, junto con el exadministrador general Héctor Capraro.
El conflicto le costó un sumario, un allanamiento y su cesantía del Poder Judicial. Pérez se quedó sin sueldo ni obra social. Y desde diciembre aguarda que los ministros del STJ traten su recurso y decidan su reincorporación.
Su vida entera se alteró pero calló durante 7 meses. Hasta ahora.
-¿Cómo atraviesa este momento?
-Siento una profunda tristeza porque en el ensañamiento contra mí se sembró una vez más la duda sobre el actuar en el Poder Judicial. La verdad es que no entiendo por qué razón el doctor Báez miente y falsea de manera tan injuriante, maliciosa y violenta. Demostró una vez más que se cree con impunidad para hacer lo que se le ocurre una y otra vez, aunque esto contradiga un expediente o lo que dicen otros colegas, e incluso lo que le impone la ley. Salvando las distancias, lo que hoy me sucede es parecido a lo que motivó el pedido de juicio político de la Dra. Marcela Pérez Bogado (jueza de Puerto Madryn). ¿Acaso cree que la gente olvidó que renunció al STJ con 3 pedidos de juicio político basados en mal desempeño, maniobras espurias en un caso de abuso infantil, incumplimiento de los deberes de funcionario público, encubrimiento, violencia de género y persecución?
-¿Qué sabe de la denuncia que presentó?
-La desconozco porque aún no recibí nada. Estuve 7 meses soportando las agresiones, abusos, arbitrariedades de este señor, a la espera que el sumario se resolviera y se reconociera que no había incurrido en falta alguna. Sin duda su salida del STJ es saludable para la sociedad.
-¿Por qué decidió hablar?
-Hablo por mis hijas, por mis padres, mi compañero de vida y por mí. Y por esas otras tantas que callan y soportan. Porque como dice mi hija mayor: “Aún no me he rendido”. Eso la llena de orgullo, así que no le pienso fallar.
-¿Cómo se disparó esto?
-El 22 septiembre de 2023 Báez llevó adelante un sumario, nulo porque el acto administrativo que lo ordenaba carecía de firma. Advertido, consideró que la firma de un Acuerdo del STJ era una mera formalidad que no afectaba su validez o existencia. En el proceso omitió el deber de excusación que le impone la Ley de Ética Publica; alteró los puntos de investigación a su antojo; ordenó la suspensión de mi sueldo que hace 7 meses no percibo; falseó los dichos de un empleado para interponerme una denuncia de sustracción de documentos del STJ, motivando un allanamiento en mi domicilio con 12 policías más el testigo, todo en presencia de mis hijas de 9 y 14 años. Como era de esperar no se encontró nada de interés. Me acusó de llevarme una computadora, que siempre había estado en la oficina. Prohibió al personal cualquier contacto conmigo aunque fuera personal, obligándolos a reportarle cualquier comunicación que yo les hiciera. Y me desprestigió públicamente cuantas veces quiso.
-¿Usted no pudo hacer nada con eso?
-Denegó sistemáticamente las peticiones; incluso la declaración del Administrador General, que como mi jefe directo pudo haber aclarado y reafirmado mis dichos. Lo recusé en 3 o 4 oportunidades. En una incluso llegó a resolver su propia recusación; en otra como respuesta me advirtieron que de continuar me iban a multar e iniciar un nuevo sumario.
-¿Cómo repercutió en su vida cotidiana?
-Nada de todo esto fue gratis ni para mi familia ni para mí. Se le llama abuso de poder, ilegalidad, nulidad, falta grave, violencia institucional y de género. La verdad que subestima mi inteligencia y la de sus pares.

El exministro Daniel Báez, con duras críticas de la funcionaria cesanteada.


El sumario

Pérez explicó que un sumario es para determinar si hubo falta disciplinaria. “Éste y no otro debe ser el objetivo. Pero en este caso se inició porque Báez hizo un informe en el que observó tres puntos: que la Oficina de Tasa sólo estaba facultada a intervenir en lo administrativo y por dar opinión en un expediente judicial, el área se excedía invadiendo una función jurisdiccional; también supuestas irregularidades en la determinación y cobro fiscal de un expediente de Esquel, concluyendo que la Oficina y el Administrador General no teníamos competencias para actuar previo a la emisión de un certificado de deuda; y por último la falta de gestión de cobro de los certificados de deuda”.

“El sumario se inició por falta de conocimiento de las misiones y competencias de la Oficina de Tasa y de la Administración General”, dijo la exfuncionaria. “Si se hubiera leído el Acuerdo del STJ 4087, 4291, 4326, 4541, y la norma tributaria de Chubut, el sumario nunca se habría iniciado”.

Sobre los presuntos excesos de la Oficina, Báez “reformuló el objeto de investigación y señaló que no se reprochaba intervenir en un expediente sino que al hacerlo nos excedíamos en facultades, lo cual fue desechado por cuantiosos dictámenes, testimonios y sentencias incorporados al sumario”.
Sobre el segundo punto, “también fue contrarrestado y opuesta la prescripción; también decidió per se modificarlo e incorporar “el daño material” en base a cálculos antojadizos”.
Sobre el tercer punto, la falta de gestión de cobros, “no investigó nada, ni justificó la razón por la que no lo hacía”.
Antes del inicio de la investigación con el informe del 21 de septiembre de 2023, “Báez ya había concluido en la incursión de faltas y había señalado los responsables. Y al ordenar la suspensión sin goce de haberes al día siguiente, ya barajaba como condena la exoneración”.

-¿Hubo una suerte de manipulación?
-La prueba desechaba sus conclusiones iniciales. Entonces introdujo nuevas acusaciones que pudieran sostener una culpabilidad. ¿De qué? Pareciera no importar, el asunto era encontrarme culpable. Este sumario fue el instrumento que Báez usó para ejercer persecución con una discrecionalidad y libertad temeraria. Además de ser uno de mis jefes, era el investigador, el sumariante, quien resolvía. Por pura decisión suya introduce el tema de cooperativas y la tarea de fiscalización de la Oficina que hasta ese momento no había tenido observación.
-¿Usted qué concluye?
-Es mentira que en el sumario se hayan probado desmanejos. Quizás por esto el resto de los ministros no han promovido denuncia penal alguna. Ninguna prueba incorporada en los 6 cuerpos compromete mi profesionalismo y honradez.

Héctor Capraro, el exadministrador general, en el ojo de la tormenta.


Falsedades y dislates

Acerca del juicio de Esquel, “es falso que yo haya sugerido aceptar una propuesta de pago. En ningún lado del expediente judicial o administrativo surge esto. Quien sugirió al juez aceptar la propuesta cancelatoria y condonar los intereses fue el Administrador General, en el marco de sus competencias. Esto le fue advertido hasta el hartazgo a Báez pero sabe Dios por qué razón insiste”.
-Le reprochan no haber emitido el Certificado de deuda…
-Emitirlo es una carga del Tribunal siempre que los obligados no cumplan o no observen la intimación de pago. Toda la deuda por tasa y por multa fue cobrada en tiempo y forma a 6 de los 7 obligados. Con el contribuyente incumplidor, la Oficina agotó todos los procesos para su cobro extrajudicial. Para el cobro judicial –que no estaba a cargo de la Oficina- Báez como máxima autoridad y en los 2 años y medio que estuvo en el STJ, bien pudo iniciar la acción judicial o arbitrar las medidas. Aún más: desde principios del año pasado tuvo para su decisión contratar los ejecutores judiciales de los certificados por tasa, y no lo hizo.
-Báez también le imputa haber influido sobre los deudores…
-Intuyo que quizás mal asistido, incurre en una gran equivocación al afirmar que induje la conducta de los obligados por el error que dice advertir en la fecha de una nota. El informe tenía como fecha marzo de 2018, no marzo de 2019. Demuestra que no hubo dobles intenciones y nada oscuro sino un simple error de tipeo, que bien pudo descartarse requiriendo a la Oficina la fecha de creación del documento Word.
-¿Qué puede decir sobre la tasa de las cooperativas?
-Es falso que yo hubiera dado instrucción contraria a la norma fiscal y menos aún que con el proyecto me hubiese querido beneficiar. Las políticas fiscales son decididas por esferas superiores a la Oficina. Obra en el sumario el testimonio del abogado de la Cooperativa de Comodoro, donde afirma haber tenido reuniones con los ministros del STJ por este tema y que estaba Báez. Estos dichos fueron descartados por el sumariante porque el testigo no los respaldó con otras pruebas.
-El último episodio es una presunta intrusión en los sistemas informáticos…
-Es un dislate total intentar hacer creer que yo podría haber intervenido en un proyecto de sentencia. Ninguno de los 6 jueces que testimoniaron avalan tales dichos, y menos aún que era yo era la única persona del STJ con acceso irrestricto al sistema de gestión judicial. Los dos informes del sumario del Área de Informática contradicen tal afirmación.

“Falta de seriedad”

-¿Es cierto que desde que usted no está subió la recaudación?
-Con una falta de seriedad absoluta se concluye que desde que fui separada del cargo mejoró la recaudación, como si esto dependiera de alguna conducta o mala conducta de esta parte, lo que como mínimo resulta grave. Desde septiembre el valor de la tasa aumentó un 94%. Es lógico suponer que este incremento incida en el total recaudado. Dentro de los 114 millones ingresados en diciembre de 2023, 47 millones se correspondieron a un pago de un adeuda fiscal determinada y liquidada por esta parte en abril.
-¿Qué le queda esperar?
-Que cuanto antes los ministros corrijan los terribles errores cometidos y se aclaren las falsedades en las que se incurrió y se me involucró; y que por fin se resuelva el sumario de manera favorable.
-¿Se siente envuelta en una interna?
-Sí. Fue una guerra de egos y siempre se corta por lo más fino. Y por mujeres.
Se intentó cuestionar la actuación de la directora de Recursos Humanos, que la pusieron a trabajar para mí. Y a los dos meses contra mí.
-¿Ser mujer pesó?
-Es la primera vez en 25 años de profesión que creo que sí. Jamás lo viví ni en mi casa, ni en la Facultad, ni en mi vida privada ni en el Sindicato de Luz y Fuerza; trabajé para una obra social de hombres y no lo viví. Fui consultora del BID y no lo viví. Lo vengo a vivir ahora. No molestó a ningún director del área de Administración General. La pugna empezó con Capraro, pero como renunció siguió conmigo. Es claro que no es una cuestión de Derecho, si no, ni se iniciaba un sumario. La norma facultaba a la Oficina a hacer lo que hacía y lo hacía excelentemente bien.
-¿Cuál es el motivo profundo?
-Yo creo que este ministro al ingresar al Superior tenía una pretensión que no logró. Y al darse cuenta que no lo iba a poder lograr arremetió contra el más débil. Es evidente que soy una consecuencia de su ambición desmedida de poder. Si hubiese hecho algo mal podría decir `Me ataca por esto´. Pero acá no se trata de algo puntual.

El Superior Tribunal, convertido en un escenario de conflicto interno.


Clima enrarecido

-En el clima del STJ, ¿hubo un antes y un después del ingreso de Báez?
-Sí, por supuesto. Lo normal al ingresar a un lugar es apoyarse en los técnicos. En ningún momento analizó cuál era el trabajo. No le importó. Se me requirieron dos informes pero por la interna que había con Capraro. Se presentaron en tiempo y forma, y con sobrados detalles. La Oficina se caracteriza en tener prolijidad absoluta porque maneja plata. Nada se libra al “puede ser”. El resultado debe dar diferencia cero. No fueron informes vagos ni contradictorios. Esos informes está disposición de la población y se elevaron a Presidencia y a Báez porque en teoría había “cosas que no le cerraban”. Esa fue la expresión.
-¿Y por qué no cerraban?
-No le cerraban porque no pidió explicaciones. No es que me pidió aclarar lo que estaba puesto. Lo no se acompañó supuso que no existía y que yo había mentido. A ese nivel. Habla del juicio de Esquel y contesté que la intervención de la Oficina fue que tuve una consulta del tribunal por mail. Pero como no la había acompañado, considera que yo mentía. Después con dos personas al lado, designadas por el Superior, como si fuera una presa, tuve la oportunidad de que me diera media hora de acceso a mi computadora, demostré que ese correo existía y lo entregué.

Pérez, durante su reveladora charla con Jornada (foto: Daniel Feldman).


-¿Cree que en su caso el camino fue decidir la cesantía y recién luego ver el cómo?
-Sí. Me quería exonerar. Está recurrido y ahora el análisis es de los ministros. Es agotador pero ahora no puedo parar.
-¿Sabía que había una decisión tomada?
-No, fui muy ingenua, nunca lo pensé. Ningún técnico con mi formación puede pensar que las cosas son porque sí. Deben tener un sustento legal.


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