Un hecho insólito y bizarro al mismo tiempo ocurrió el miércoles pasado en la villa El Negro, ubicada en la ciudad de Aragua, Colombia. Allí un peligroso delincuente apodado el Ñato, que había escapado de una comisaría, fue recapturado gracias a un accidente escatológico que sufrió mientras se escondía en un viejo armario.
Sebastián Isolindo Reinold, “El Ñato”, de 56 años, había escapado de la comisaría local limando los barrotes de su celda.
Vecinos de villa El Negro, detectaron como El Ñato escapaba a las zancadas del patio trasero del lugar y alertaron a las autoridades.
La fuerza pública pudo dar con el rastro del malandra alertado por Celso, un niño que jugaba en una canchita.
Un gas traicionero
Un hecho insólito y bizarro al mismo tiempo ocurrió el miércoles pasado en la villa El Negro, ubicada en la ciudad de Aragua, Colombia. Allí un peligroso delincuente apodado el Ñato, que había escapado de una comisaría, fue recapturado gracias a un accidente escatológico que sufrió mientras se escondía en un viejo armario.
Sebastián Isolindo Reinold, “El Ñato”, de 56 años, había escapado de la comisaría local limando los barrotes de su celda.
Vecinos de villa El Negro, detectaron como El Ñato escapaba a las zancadas del patio trasero del lugar y alertaron a las autoridades.
La fuerza pública pudo dar con el rastro del malandra alertado por Celso, un niño que jugaba en una canchita.
Un gas traicionero