La hija del Che: encabezó una campaña contra la ceguera

Aleida Guevara March, hija del mítico guerrillero, recorrió Gan Gan en el marco de una campaña contra la ceguera. Ayer llegó a Trelew y hoy dará una charla en la Universidad.

23 SEP 2013 - 23:08 | Actualizado

Por primera vez en Argentina la médica cubana Aleida Guevara March, hija del revolucionario Ernesto Che Guevara, participó de una campaña sanitaria en la meseta chubutense en la cual se diagnosticaron enfermedades oftalmológicas y otras patologías como hipertensión y diabetes.

La acción dejó como resultado la selección de 24 pobladores con cataratas y Pterigium (una carnosidad que crece en el ojo) en condiciones de operarse gratuitamente en el Centro Oftalmológico “Dr. Ernesto Guevara” que funciona en Córdoba, y que depende del programa cubano de salud visual “Operación Milagro”. El trabajo se focaliza en diagnosticar las cataratas para impedir que la persona llegue a la ceguera.

El resultado del relevamiento fue anunciado en Trelew, en conjunto con Claudia Camba, presidente de la Fundación Un mundo mejor es posible, responsable de implementar las iniciativas cubanas en Argentina, y Lucas Krmpotic, referente del programa de alfabetización “Yo, sí puedo”.

En tanto Guevara March ofrecerá hoy a las 19 una charla abierta en la sede local de la UNP.

La actividad se realizó el sábado y domingo en Gan Gan y localidades cercanas. Estuvo encabezada por Guevara March y participaron casi un centenar de personas entre médicos argentinos y otros profesionales. Entre ellos hubo 23 graduados en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de La Habana y una decena formados en Argentina. Esta campaña fue el marco en el que se creó la Brigada “Ernesto Che Guevara”, que prevé replicar acciones similares en otros puntos.

Con respecto a las personas que pueden ser operadas en Córdoba, Guevara March aseguró que la ministro de Salud de Chubut, Mónica Eredia, “se comprometió a ayudar en el traslado de los pacientes. Fuimos a Gan Gan porque sabíamos que no sólo podíamos diagnosticar sino también resolver”.

Por su parte Camba indicó que los pobladores viajarán a Córdoba a operarse entre diciembre y enero, permanecerán unos días y volverán a realizar el postoperatorio. “No se sabe si en Gan Gan o en otra localidad porque para el postoperatorio se necesita cierto equipamiento”, agregó. “Nosotros no vamos a operar a nadie hasta no tener claro quién va a hacer el postoperatorio, quien además va a coordinar con los cirujanos del Centro Oftalmológico los criterios pre y post quirúrgicos, para que la intervención sea exitosa”, aclaró.

Casa por casa

La campaña sanitaria se desarrolló a través de visitas domiciliarias y del control de pacientes que habían sido previamente citados en el hospital local.

El grupo relevó 200 hogares. De ese total se diagnosticaron 65 casos de hipertensión y 19 de diabetes. De los 56 casos de cataratas, sólo 15 son quirúrgicos, y de Pterigium un total de 46, de los cuales sólo 9 son operables.

“Una de las cosas que más me llamó la atención fue la falta de oftalmólogos”, indicó Guevara March. “¿Cómo es posible que no haya oftalmólogos a disposición de estas personas en el sur del país? Nosotros sólo hicimos este diagnóstico porque es del que podemos ofrecer una solución. Esas personas no están viendo bien y viven de tejer, bordar, y que van perdiendo la visión simplemente por una presbicia. Eso nos hace comprometernos a seguir trabajando”.

El domingo el grupo se trasladó hasta Lagunita Salada y Chacay Oeste sin poder transportar equipamiento. “Los candidatos a intervención deben ser revisados con aparatos de mayor complejidad antes de operar para confirmar diagnóstico y ver si detrás de la catarata no hay otros problemas”, aclaró Camba, quien destacó el compromiso del sacerdote de la zona.

Como parte del trabajo previo a la llegada de la brigada, el hospital había convocado a 140 pacientes hipertensos y diabéticos de Gan Gan, Gastre y Telsen. “Estas personas están propensas a tener cataratas y por eso se los citó. En el hospital se vieron 157 pacientes, 37 en cardiología, y 15 en odontología, la mayoría adultos del hogar de ancianos de la localidad”, informó Guevara March, quien acompañó personalmente a tres personas al hospital.

“En un caso se trataba de un hombre hipertenso que había sido operado y la verdad es que me preocupé. Hablé mucho con él. Me dijo que se tenía que cambiar así que lo esperé y lo acompañé a la cardióloga que nos acompañaba en el grupo. Y ocurre que él los sábados y domingos no tomaba las pastillas. Así que con la cardióloga lo retamos un poco”, contó sonriendo.

“Desgraciadamente nos faltaron los niños. Le dimos prioridad a los ancianos porque estaban cerca del hospital, aunque en las visitas domiciliarias revisamos a los niños. Lo difícil es convencer a los padres que los lleven”, admitió.

También aclaró que, a pesar de ser pediatra, Guevara March no pudo atender. “Los colegios médicos argentinos no permiten que los médicos cubanos trabajemos aquí y no quería buscar problemas con nadie, pero me siento defraudada. Yo podría haber dado mi consultica de pediatra, de alergista, y siento que eso me faltó. Pero fue un equipo de trabajo fantástico y la relación humana fue lindísima”.

La profesional expresó: “Es muy lindo ver a los jóvenes graduados en un país diferente, con un sistema social diferente, que captaron lo mejor de ese sistema y que regresan a su tierra con el deseo de ser útiles a su pueblo”.

En cuanto a su presencia en Chubut explicó: “Es para que la gente tenga conciencia de que sí se puede mejorar la vida. Esta brigada mostró que podemos trabajar con gente humilde y con un amor y una ternura extraordinaria. Es lo que le hace falta a cualquier pueblo en cualquier parte del mundo. Eso lo logró esta brigada”.

El grupo también visitó comunidades mapuches: “Uno se llena de dolor. Son nuestras raíces culturales, los hombres y mujeres originarios de estas tierras y hoy viven en las peores condiciones en comparación con el resto de las personas. Por qué permitimos esas cosas, cuando deberíamos protegerlos, darles las mejores condiciones de vida”.

Con respecto a un posible regreso a la zona, la médica aseguró: “Quizá no se haga algo de esta magnitud por lo que cuesta atravesar las distancias, pero creo que se pueden seguir haciendo estas actividades”.

En ese sentido Camba aclaró: “Esto es sustentable en el tiempo en tanto cada grupo de jóvenes se organice regionalmente y no haga falta que nosotros vengamos. Sólo en Patagonia hay 73 profesionales formados en Cuba. ¿Qué van a necesitar? El apoyo de los Estados y las organizaciones para poder desarrollar su conocimiento”.

Analfabetismo

Durante el fin de semana también se relevaron casos de analfabetismo, ya que en Argentina se implementa el programa cubano “Yo, sí puedo”: “Muchas veces hablamos de libertad, una palabra que se usa mucho. Pero, ¿cuándo un pueblo es realmente libre? Cuando es culto... para no ser manipulado. Se necesita cultura, se necesita educación. Y el “Yo sí puedo” logra alfabetizar a las personas en pocos meses”.

En ese sentido Lucas Krmpotic contó que en Chacay Oeste y en Lagunita Salada se anotaron voluntarios para comenzar el trabajo de alfabetización.

Guevara March contó que, durante una visita domiciliaria en Gan Gan, se le consultó a una mujer si quería aprender a leer y escribir: “Dijo que sí pero que las letras se le hacían muy difíciles. Y cuando la revisaron se le detectaron cataratas. ¡Claro que se le iba a hacer difícil si no podía ver! Es decir que las dos cosas están relacionadas”.

Además de los médicos integraron la delegación profesores de Educación Física, algunos graduados en Cuba, y artistas argentinos. “Fue un grupo multifactorial”, definió la cubana. “Estuvo muy lindo convivir con ellos en situaciones difíciles. Gan Gan es una zona casi inhóspita. Todavía hay ceniza del volcán... Es muy difícil vivir ahí. El frío es muy importante. Pero la gente es magnífica. Uno puede llevarse o no la belleza del lugar, pero la calidad humana queda siempre”.#

23 SEP 2013 - 23:08

Por primera vez en Argentina la médica cubana Aleida Guevara March, hija del revolucionario Ernesto Che Guevara, participó de una campaña sanitaria en la meseta chubutense en la cual se diagnosticaron enfermedades oftalmológicas y otras patologías como hipertensión y diabetes.

La acción dejó como resultado la selección de 24 pobladores con cataratas y Pterigium (una carnosidad que crece en el ojo) en condiciones de operarse gratuitamente en el Centro Oftalmológico “Dr. Ernesto Guevara” que funciona en Córdoba, y que depende del programa cubano de salud visual “Operación Milagro”. El trabajo se focaliza en diagnosticar las cataratas para impedir que la persona llegue a la ceguera.

El resultado del relevamiento fue anunciado en Trelew, en conjunto con Claudia Camba, presidente de la Fundación Un mundo mejor es posible, responsable de implementar las iniciativas cubanas en Argentina, y Lucas Krmpotic, referente del programa de alfabetización “Yo, sí puedo”.

En tanto Guevara March ofrecerá hoy a las 19 una charla abierta en la sede local de la UNP.

La actividad se realizó el sábado y domingo en Gan Gan y localidades cercanas. Estuvo encabezada por Guevara March y participaron casi un centenar de personas entre médicos argentinos y otros profesionales. Entre ellos hubo 23 graduados en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de La Habana y una decena formados en Argentina. Esta campaña fue el marco en el que se creó la Brigada “Ernesto Che Guevara”, que prevé replicar acciones similares en otros puntos.

Con respecto a las personas que pueden ser operadas en Córdoba, Guevara March aseguró que la ministro de Salud de Chubut, Mónica Eredia, “se comprometió a ayudar en el traslado de los pacientes. Fuimos a Gan Gan porque sabíamos que no sólo podíamos diagnosticar sino también resolver”.

Por su parte Camba indicó que los pobladores viajarán a Córdoba a operarse entre diciembre y enero, permanecerán unos días y volverán a realizar el postoperatorio. “No se sabe si en Gan Gan o en otra localidad porque para el postoperatorio se necesita cierto equipamiento”, agregó. “Nosotros no vamos a operar a nadie hasta no tener claro quién va a hacer el postoperatorio, quien además va a coordinar con los cirujanos del Centro Oftalmológico los criterios pre y post quirúrgicos, para que la intervención sea exitosa”, aclaró.

Casa por casa

La campaña sanitaria se desarrolló a través de visitas domiciliarias y del control de pacientes que habían sido previamente citados en el hospital local.

El grupo relevó 200 hogares. De ese total se diagnosticaron 65 casos de hipertensión y 19 de diabetes. De los 56 casos de cataratas, sólo 15 son quirúrgicos, y de Pterigium un total de 46, de los cuales sólo 9 son operables.

“Una de las cosas que más me llamó la atención fue la falta de oftalmólogos”, indicó Guevara March. “¿Cómo es posible que no haya oftalmólogos a disposición de estas personas en el sur del país? Nosotros sólo hicimos este diagnóstico porque es del que podemos ofrecer una solución. Esas personas no están viendo bien y viven de tejer, bordar, y que van perdiendo la visión simplemente por una presbicia. Eso nos hace comprometernos a seguir trabajando”.

El domingo el grupo se trasladó hasta Lagunita Salada y Chacay Oeste sin poder transportar equipamiento. “Los candidatos a intervención deben ser revisados con aparatos de mayor complejidad antes de operar para confirmar diagnóstico y ver si detrás de la catarata no hay otros problemas”, aclaró Camba, quien destacó el compromiso del sacerdote de la zona.

Como parte del trabajo previo a la llegada de la brigada, el hospital había convocado a 140 pacientes hipertensos y diabéticos de Gan Gan, Gastre y Telsen. “Estas personas están propensas a tener cataratas y por eso se los citó. En el hospital se vieron 157 pacientes, 37 en cardiología, y 15 en odontología, la mayoría adultos del hogar de ancianos de la localidad”, informó Guevara March, quien acompañó personalmente a tres personas al hospital.

“En un caso se trataba de un hombre hipertenso que había sido operado y la verdad es que me preocupé. Hablé mucho con él. Me dijo que se tenía que cambiar así que lo esperé y lo acompañé a la cardióloga que nos acompañaba en el grupo. Y ocurre que él los sábados y domingos no tomaba las pastillas. Así que con la cardióloga lo retamos un poco”, contó sonriendo.

“Desgraciadamente nos faltaron los niños. Le dimos prioridad a los ancianos porque estaban cerca del hospital, aunque en las visitas domiciliarias revisamos a los niños. Lo difícil es convencer a los padres que los lleven”, admitió.

También aclaró que, a pesar de ser pediatra, Guevara March no pudo atender. “Los colegios médicos argentinos no permiten que los médicos cubanos trabajemos aquí y no quería buscar problemas con nadie, pero me siento defraudada. Yo podría haber dado mi consultica de pediatra, de alergista, y siento que eso me faltó. Pero fue un equipo de trabajo fantástico y la relación humana fue lindísima”.

La profesional expresó: “Es muy lindo ver a los jóvenes graduados en un país diferente, con un sistema social diferente, que captaron lo mejor de ese sistema y que regresan a su tierra con el deseo de ser útiles a su pueblo”.

En cuanto a su presencia en Chubut explicó: “Es para que la gente tenga conciencia de que sí se puede mejorar la vida. Esta brigada mostró que podemos trabajar con gente humilde y con un amor y una ternura extraordinaria. Es lo que le hace falta a cualquier pueblo en cualquier parte del mundo. Eso lo logró esta brigada”.

El grupo también visitó comunidades mapuches: “Uno se llena de dolor. Son nuestras raíces culturales, los hombres y mujeres originarios de estas tierras y hoy viven en las peores condiciones en comparación con el resto de las personas. Por qué permitimos esas cosas, cuando deberíamos protegerlos, darles las mejores condiciones de vida”.

Con respecto a un posible regreso a la zona, la médica aseguró: “Quizá no se haga algo de esta magnitud por lo que cuesta atravesar las distancias, pero creo que se pueden seguir haciendo estas actividades”.

En ese sentido Camba aclaró: “Esto es sustentable en el tiempo en tanto cada grupo de jóvenes se organice regionalmente y no haga falta que nosotros vengamos. Sólo en Patagonia hay 73 profesionales formados en Cuba. ¿Qué van a necesitar? El apoyo de los Estados y las organizaciones para poder desarrollar su conocimiento”.

Analfabetismo

Durante el fin de semana también se relevaron casos de analfabetismo, ya que en Argentina se implementa el programa cubano “Yo, sí puedo”: “Muchas veces hablamos de libertad, una palabra que se usa mucho. Pero, ¿cuándo un pueblo es realmente libre? Cuando es culto... para no ser manipulado. Se necesita cultura, se necesita educación. Y el “Yo sí puedo” logra alfabetizar a las personas en pocos meses”.

En ese sentido Lucas Krmpotic contó que en Chacay Oeste y en Lagunita Salada se anotaron voluntarios para comenzar el trabajo de alfabetización.

Guevara March contó que, durante una visita domiciliaria en Gan Gan, se le consultó a una mujer si quería aprender a leer y escribir: “Dijo que sí pero que las letras se le hacían muy difíciles. Y cuando la revisaron se le detectaron cataratas. ¡Claro que se le iba a hacer difícil si no podía ver! Es decir que las dos cosas están relacionadas”.

Además de los médicos integraron la delegación profesores de Educación Física, algunos graduados en Cuba, y artistas argentinos. “Fue un grupo multifactorial”, definió la cubana. “Estuvo muy lindo convivir con ellos en situaciones difíciles. Gan Gan es una zona casi inhóspita. Todavía hay ceniza del volcán... Es muy difícil vivir ahí. El frío es muy importante. Pero la gente es magnífica. Uno puede llevarse o no la belleza del lugar, pero la calidad humana queda siempre”.#


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