Quedó solo con 16 años, tuvo adicciones y salió con la ayuda del Hogar de Cristo

“Lloraba todas las noches porque no tenía nada y hoy lloro cada tanto porque de a poco estoy teniendo algo mejor”, dijo Santiago, que hoy tiene 18 años.

15 MAY 2024 - 15:37 | Actualizado 15 MAY 2024 - 15:45

Sol Seguel del Hogar de Cristo señaló que este lugar abrió hace 16 años en Argentina para acoger a chicos en situación de consumo problemático, pero con el transcurso del tiempo “nos dimos cuenta que concurre toda la familia, así que se recibe a toda la población. En nuestro caso estamos en barrio Inta, Hogar de Cristo, Virgen Peregrina de Lujan y con los jóvenes trabajamos las 3C: capilla, club y colegio para evitar que lleguen a las 3C: calle, cementerio o cárcel”.

“Abrazamos la vida como viene, no importa lo que hiciste, lo que haces son todos bien recibidos y todos somos dignos de sentarnos en una mesa a compartir. Trabajamos mucho la familia, los valores, trabajamos las familias disfuncionales hay chicos sin papás, sin mamás”, dijo Sol.
Cada mes hacen un relevamiento, al comenzar el año en marzo eran 30 en la mesa y hoy son 58 de lunes a viernes. Sin embargo, la población que concurre por semana, entre talleres, alimentación y a compartir son 120.

Por su parte Santiago tiene 18 años y decidió contar su experiencia. Con tan solo 16 años quedó solo, vivió por nueve meses en una casa que se fabricó con lo que tenía, sin calefacción, solo chapas. “Dejé la escuela, me metí en las drogas, en la venta, el alcohol, en los robos y después empecé a reflexionar sobre mi vida. Un amigo me dijo que había un lugar donde daban merienda hace 3 años y fui, ahí conocí a Sol y a los chicos. Con el tiempo empecé a volver más seguido, cuando me sentía frágil y en ese lugar soy otro chico más y me siento bien. Hoy estábamos cantando, riendo con personas que hace dos años las miraba y pensaba que eran malos”, comentó el joven.

El consejo que da Santiago es que los jóvenes que estén en una situación similar, busquen ayuda porque es un lugar “que te hace sentir muy cómodo, hoy pienso en mi futuro, en estudiar y trabajar, quiero ser marinero si Dios quiere. Pienso en Sol y es una persona que me da su apoyo, comida, abrazos y tengo cosas que no les puedo preguntar a mis papás y le pregunto a ella, sinceramente me da amor y felicidad, eso es muy lindo”, dijo emocionado.

“Lloraba todas las noches porque no tenía nada y hoy lloro cada tanto porque de a poco estoy teniendo algo mejor”, finalizó Santiago, que luego de sus palabras se fundió en un abrazo con su mamá del corazón Sol.

15 MAY 2024 - 15:37

Sol Seguel del Hogar de Cristo señaló que este lugar abrió hace 16 años en Argentina para acoger a chicos en situación de consumo problemático, pero con el transcurso del tiempo “nos dimos cuenta que concurre toda la familia, así que se recibe a toda la población. En nuestro caso estamos en barrio Inta, Hogar de Cristo, Virgen Peregrina de Lujan y con los jóvenes trabajamos las 3C: capilla, club y colegio para evitar que lleguen a las 3C: calle, cementerio o cárcel”.

“Abrazamos la vida como viene, no importa lo que hiciste, lo que haces son todos bien recibidos y todos somos dignos de sentarnos en una mesa a compartir. Trabajamos mucho la familia, los valores, trabajamos las familias disfuncionales hay chicos sin papás, sin mamás”, dijo Sol.
Cada mes hacen un relevamiento, al comenzar el año en marzo eran 30 en la mesa y hoy son 58 de lunes a viernes. Sin embargo, la población que concurre por semana, entre talleres, alimentación y a compartir son 120.

Por su parte Santiago tiene 18 años y decidió contar su experiencia. Con tan solo 16 años quedó solo, vivió por nueve meses en una casa que se fabricó con lo que tenía, sin calefacción, solo chapas. “Dejé la escuela, me metí en las drogas, en la venta, el alcohol, en los robos y después empecé a reflexionar sobre mi vida. Un amigo me dijo que había un lugar donde daban merienda hace 3 años y fui, ahí conocí a Sol y a los chicos. Con el tiempo empecé a volver más seguido, cuando me sentía frágil y en ese lugar soy otro chico más y me siento bien. Hoy estábamos cantando, riendo con personas que hace dos años las miraba y pensaba que eran malos”, comentó el joven.

El consejo que da Santiago es que los jóvenes que estén en una situación similar, busquen ayuda porque es un lugar “que te hace sentir muy cómodo, hoy pienso en mi futuro, en estudiar y trabajar, quiero ser marinero si Dios quiere. Pienso en Sol y es una persona que me da su apoyo, comida, abrazos y tengo cosas que no les puedo preguntar a mis papás y le pregunto a ella, sinceramente me da amor y felicidad, eso es muy lindo”, dijo emocionado.

“Lloraba todas las noches porque no tenía nada y hoy lloro cada tanto porque de a poco estoy teniendo algo mejor”, finalizó Santiago, que luego de sus palabras se fundió en un abrazo con su mamá del corazón Sol.


NOTICIAS RELACIONADAS