"Ayer, junto a (el ministro de Economía) Sergio Massa y equipo presentamos Presupuesto en el Congreso. Expliqué luego, las razones por las que el 60% de inflación para 2023 serían realistas", señaló Rubinstein a través de su cuenta de Twitter.
El viceministro aclaró que "el impulso monetario de origen fiscal sería compatible con una inflación del 40% (3% mensual)".
De todas maneras, explicó que el "exceso de demanda agregada que provoca el déficit fiscal seguirá impulsando una alta inflación. Actuando sobre la inercia, y sobre márgenes, podremos bajar el IPC del 90% al 60%, lo que es sólo un primer paso".
"Desde el gobierno, actuaremos para mejorar el sistema cambiario, cuyo desorden facilitó suba de márgenes brutos empresariales exageradamente, y sobre los factores de inercia", señaló.
Al respecto, remarcó que "atacando la inercia inflacionaria y procurando una razonable caída de márgenes empresariales, podremos lograr que la inflación real se acerque a la teórica (impulso monetario de origen fiscal)".
"Y si el Congreso mejorase el Presupuesto, eliminando el déficit fiscal primario, nos brindaría una gran herramienta para que podamos volver a obtener una inflación normal, del orden del 10% anual, en menos tiempo de lo que casi todos creen", sostuvo.
El viceministro consideró que hasta que no se logre "la unificación cambiaria, habrá cierto desorden y márgenes empresariales más altos que los normales".
Sin embargo, descartó la unificación del mercado de cambios, que a su juicio "luce demasiado riesgoso sin un robusto superávit fiscal primario y casi sin reservas".
"Lo antes que podamos deberíamos volver a la macro del 2003-2005: superávit primario del 3% del PIB, por ende superávit externo, dólar único e inflación del 5% anual, sin controles de precios, con US$ 40.000 millones de reservas netas", expresó Rubinstein.
El funcionario aseguró, además, que la "culpa del desorden cambiario no la tienen las empresas, aunque haya abusos normativos y corrupción".
"Es nuestra responsabilidad (gobierno) que todo esto mejore y en eso estamos", concluyó el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein.
"Ayer, junto a (el ministro de Economía) Sergio Massa y equipo presentamos Presupuesto en el Congreso. Expliqué luego, las razones por las que el 60% de inflación para 2023 serían realistas", señaló Rubinstein a través de su cuenta de Twitter.
El viceministro aclaró que "el impulso monetario de origen fiscal sería compatible con una inflación del 40% (3% mensual)".
De todas maneras, explicó que el "exceso de demanda agregada que provoca el déficit fiscal seguirá impulsando una alta inflación. Actuando sobre la inercia, y sobre márgenes, podremos bajar el IPC del 90% al 60%, lo que es sólo un primer paso".
"Desde el gobierno, actuaremos para mejorar el sistema cambiario, cuyo desorden facilitó suba de márgenes brutos empresariales exageradamente, y sobre los factores de inercia", señaló.
Al respecto, remarcó que "atacando la inercia inflacionaria y procurando una razonable caída de márgenes empresariales, podremos lograr que la inflación real se acerque a la teórica (impulso monetario de origen fiscal)".
"Y si el Congreso mejorase el Presupuesto, eliminando el déficit fiscal primario, nos brindaría una gran herramienta para que podamos volver a obtener una inflación normal, del orden del 10% anual, en menos tiempo de lo que casi todos creen", sostuvo.
El viceministro consideró que hasta que no se logre "la unificación cambiaria, habrá cierto desorden y márgenes empresariales más altos que los normales".
Sin embargo, descartó la unificación del mercado de cambios, que a su juicio "luce demasiado riesgoso sin un robusto superávit fiscal primario y casi sin reservas".
"Lo antes que podamos deberíamos volver a la macro del 2003-2005: superávit primario del 3% del PIB, por ende superávit externo, dólar único e inflación del 5% anual, sin controles de precios, con US$ 40.000 millones de reservas netas", expresó Rubinstein.
El funcionario aseguró, además, que la "culpa del desorden cambiario no la tienen las empresas, aunque haya abusos normativos y corrupción".
"Es nuestra responsabilidad (gobierno) que todo esto mejore y en eso estamos", concluyó el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein.