Operaban a una beba de la cabeza y el quirófano quedó sin luz

Ocurrió en el Hospital Castro Rendón de Neuquén. En plena cirugía el quirófano se quedó sin energía y los médicos debieron suspender la intervención. Hoy se la volverá a operar.

Cecilia y su hija Ambar en el hospital de Neuquén (foto diario Río Negro)
01 MAR 2017 - 9:42 | Actualizado

El quirófano de un hospital neuquino se quedó sin energía en el momento que médicos de ese centro asistencial operaban a una beba. “Media hora en un quirófano sin electricidad es una eternidad. Me dicen ‘si me pasa a mí, yo rompo todo’, pero ella nos necesita enteros y serenos para acompañarla. Lo que no podemos es dejar que quede como si nada o que le pase a otra persona”, dijo Cecilia Salas ayer mientras le preparaba una leche a su hija, en la cocina de la terapia Intensiva del Hospital Castro Rendón.
 
Ámbar Sosa no tiene un año de vida y el viernes entró al quirófano por cuatro horas. Allí le abrieron el cráneo para practicarle una operación que no terminaron porque se cortó la luz y el generador estaba roto. Para sus papás no hay pretexto para semejante falla y en lo único que piensan es que la cirugía que empezaron termine bien. La segunda operación que deben hacerle a Ámbar se realizará hoy a partir de las 8.
 
Cecilia, su marido Jonathan y su bebé, llegaron el martes desde San Martín de los Andes, para que le realicen la operación de cabeza indicada por una craneosinostosis. Primero le dijeron que el jueves se la realizarían, pero la postergaron para el viernes por una urgencia. Antes de entrar al quirófano se cortó la luz. Enseguida volvió y a Ámbar se la llevaron al quirófano, pero a las 16:15, aproximadamente, después de cuatro horas, salieron y le informaron: “Me dice el médico ‘mamá tuvimos que interrumpir la operación porque no hay luz. Estábamos operando, el generador en teoría debe arrancar a los segundos, pero nuca arrancó. Alcanzamos a abrir la cabeza, hacerle las incisiones en el cráneo, pero no podemos seguir porque la pondríamos en riesgo”, contó Cecilia.
 
Los padres intentaron explicar la dimensión de la angustia que sienten, pero no alcanza con palabras. Repiten que lo terrible es que estaba en juego la vida de su bebé. “Si hubiera estado más avanzada la operación la nena se podía morir”, contó Cecilia que escuchó decir. Ninguna autoridad de la institución les explicó lo que sucedió.
 
Sólo el doctor habló con ellos y les dijo que en 12 años que trabaja en el hospital nunca pasó y que justo le tocó a ella. Que la tormenta del jueves afectó al generador, que Calf tenía que ir a arreglarlo y que no fue (ver aparte). Pero ella piensa que hay nenes que están con respirador, con asistencia y repite que no puede ser.
 
“A la nena la dejaron a medio operar pero por suerte está bien, pero si le pasaba algo yo me muero”, dijo Cecilia. Es una cirugía compleja, le hicieron la primera etapa, y debieron esperar unos días para culminar porque no la podían volver a intervenir rápido por la inflamación.
 
Desde Calf negaron que fuera a ellos a quienes les correspondía reparar el generador. El director del hospital, por su parte, no dio respuestas. “Es una bebé y dos operaciones en una semana por falta de luz es terrible. No se puede jugar con la salud de la gente de esta manera”, dijo ayer la mamá de Ámbar, preocupada por lo que ocurrió con su hija.

Fuente: diario Río Negro

 

Cecilia y su hija Ambar en el hospital de Neuquén (foto diario Río Negro)
01 MAR 2017 - 9:42

El quirófano de un hospital neuquino se quedó sin energía en el momento que médicos de ese centro asistencial operaban a una beba. “Media hora en un quirófano sin electricidad es una eternidad. Me dicen ‘si me pasa a mí, yo rompo todo’, pero ella nos necesita enteros y serenos para acompañarla. Lo que no podemos es dejar que quede como si nada o que le pase a otra persona”, dijo Cecilia Salas ayer mientras le preparaba una leche a su hija, en la cocina de la terapia Intensiva del Hospital Castro Rendón.
 
Ámbar Sosa no tiene un año de vida y el viernes entró al quirófano por cuatro horas. Allí le abrieron el cráneo para practicarle una operación que no terminaron porque se cortó la luz y el generador estaba roto. Para sus papás no hay pretexto para semejante falla y en lo único que piensan es que la cirugía que empezaron termine bien. La segunda operación que deben hacerle a Ámbar se realizará hoy a partir de las 8.
 
Cecilia, su marido Jonathan y su bebé, llegaron el martes desde San Martín de los Andes, para que le realicen la operación de cabeza indicada por una craneosinostosis. Primero le dijeron que el jueves se la realizarían, pero la postergaron para el viernes por una urgencia. Antes de entrar al quirófano se cortó la luz. Enseguida volvió y a Ámbar se la llevaron al quirófano, pero a las 16:15, aproximadamente, después de cuatro horas, salieron y le informaron: “Me dice el médico ‘mamá tuvimos que interrumpir la operación porque no hay luz. Estábamos operando, el generador en teoría debe arrancar a los segundos, pero nuca arrancó. Alcanzamos a abrir la cabeza, hacerle las incisiones en el cráneo, pero no podemos seguir porque la pondríamos en riesgo”, contó Cecilia.
 
Los padres intentaron explicar la dimensión de la angustia que sienten, pero no alcanza con palabras. Repiten que lo terrible es que estaba en juego la vida de su bebé. “Si hubiera estado más avanzada la operación la nena se podía morir”, contó Cecilia que escuchó decir. Ninguna autoridad de la institución les explicó lo que sucedió.
 
Sólo el doctor habló con ellos y les dijo que en 12 años que trabaja en el hospital nunca pasó y que justo le tocó a ella. Que la tormenta del jueves afectó al generador, que Calf tenía que ir a arreglarlo y que no fue (ver aparte). Pero ella piensa que hay nenes que están con respirador, con asistencia y repite que no puede ser.
 
“A la nena la dejaron a medio operar pero por suerte está bien, pero si le pasaba algo yo me muero”, dijo Cecilia. Es una cirugía compleja, le hicieron la primera etapa, y debieron esperar unos días para culminar porque no la podían volver a intervenir rápido por la inflamación.
 
Desde Calf negaron que fuera a ellos a quienes les correspondía reparar el generador. El director del hospital, por su parte, no dio respuestas. “Es una bebé y dos operaciones en una semana por falta de luz es terrible. No se puede jugar con la salud de la gente de esta manera”, dijo ayer la mamá de Ámbar, preocupada por lo que ocurrió con su hija.

Fuente: diario Río Negro

 


NOTICIAS RELACIONADAS