Del encuentro participan jóvenes de la arquidiócesis de Buenos Aires y las diócesis de Avellaneda-Lanús, Quilmes, Lomas de Zamora, San Justo, Laferrere, Morón, Merlo-Moreno, San Miguel, San Martín y San Isidro, a los que el Papa les habló, en un discurso que fue difundido por Radio Vaticana.
En vísperas del segundo domingo de Pascua, domingo de la Divina Misericordia, y de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, Francisco recordó a los jóvenes "que se cruzaron con Jesús o de los cuales habló Jesús".
El Papa, recordó que el apóstol "Juan era un muchachito y quedaron conmovidos por la figura de Jesús, entusiasmados, con ese estupor que produce cuando uno se encuentra con Jesús, y van corriendo y le dicen a los amigos: "¡Encontramos al Mesías! ¡Encontramos a aquél del que hablan los profetas!".
"¡Encontrarse con Jesús¡ Vean ustedes esa conducta de los Apóstoles. Y después los apóstoles flaquearon, después no se portaron tan bien. Pedro lo negó, Judas lo traicionó, los demás se escaparon. Es decir, después viene la lucha por ser fieles a ese encuentro, el encuentro con Jesús", señaló.
Inmediatamente los interpeló y les dijo "¿Vos, cuándo te encontraste con Jesús?, ¿Cómo fue el encuentro con Jesús?, ¿Tuviste un encuentro con Jesús o lo estás teniendo ahora?".
Francisco también les habló del "joven rico" con una "vida intachable" que cuando le pregunta a Jesús qué debe hacer para "tener la vida eterna", Jesús le dijo: "da todo lo que tenés a los pobres y vení conmigo, a predicar el Evangelio".
"Ese chico se fue triste, se fue triste porque tenía mucha guita y no se animó a dejarla por Jesús, se fue con su plata y con su tristeza", dijo el Papa y contrapuso a este joven con "los primeros estaban con su alegría, con esa hermosa alegría que daba el encuentro con Jesús".
Francisco les habló del joven que le pidió a su padre -que tenía una fábrica- la parte de su herencia, se fue de la casa, "se dio la gran vida" y "de yapa sobrevino la crisis económica" y conoció "el hambre".
Sobre este ejemplo, el Papa reflexionó que "Dios es muy bueno. Dios aprovecha nuestros fracasos para hablarnos al corazón. No le dijo Dios a este joven: `Sos un fracasado, mirá lo que hiciste. Lo hizo razonar".
Recordó que ese joven al reflexionar decidió volver con su padre y "se encontró con algo que nunca había hecho conciente: el abrazo de la misericordia" y también recordó al joven que estaba muerto y era hijo único, de madre viuda y lo resucitó, "porque se compadeció de la madre".
Entonces, Francisco les preguntó a los jóvenes que pensaran con qué joven se sentían identificados.
"Si estás muerto, sabé que la Madre Iglesia está llorando por vos, y Jesús es capaz de resucitarte. Decime, ¿quién sos vos? Decítelo a vos mismo y eso te va a dar fuerza", les dijo el Papa.
Al hablar a las mujeres, Francisco les dijo que eran "aspirantes a consolidar con su vida la ternura y la fidelidad. Ustedes están sobre el camino de esas mujeres que seguían a Jesús, en las buenas y en las malas. La mujer tiene ese gran tesoro de poder dar vida, de poder dar ternura, de poder dar paz y alegría".
Al despedirse de los jóvenes, el Papa les deseó que cada uno "se encuentre con Jesús" que "no tengan miedo, miren a Jesús, miren a María y vayan adelante".
Del encuentro participan jóvenes de la arquidiócesis de Buenos Aires y las diócesis de Avellaneda-Lanús, Quilmes, Lomas de Zamora, San Justo, Laferrere, Morón, Merlo-Moreno, San Miguel, San Martín y San Isidro, a los que el Papa les habló, en un discurso que fue difundido por Radio Vaticana.
En vísperas del segundo domingo de Pascua, domingo de la Divina Misericordia, y de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, Francisco recordó a los jóvenes "que se cruzaron con Jesús o de los cuales habló Jesús".
El Papa, recordó que el apóstol "Juan era un muchachito y quedaron conmovidos por la figura de Jesús, entusiasmados, con ese estupor que produce cuando uno se encuentra con Jesús, y van corriendo y le dicen a los amigos: "¡Encontramos al Mesías! ¡Encontramos a aquél del que hablan los profetas!".
"¡Encontrarse con Jesús¡ Vean ustedes esa conducta de los Apóstoles. Y después los apóstoles flaquearon, después no se portaron tan bien. Pedro lo negó, Judas lo traicionó, los demás se escaparon. Es decir, después viene la lucha por ser fieles a ese encuentro, el encuentro con Jesús", señaló.
Inmediatamente los interpeló y les dijo "¿Vos, cuándo te encontraste con Jesús?, ¿Cómo fue el encuentro con Jesús?, ¿Tuviste un encuentro con Jesús o lo estás teniendo ahora?".
Francisco también les habló del "joven rico" con una "vida intachable" que cuando le pregunta a Jesús qué debe hacer para "tener la vida eterna", Jesús le dijo: "da todo lo que tenés a los pobres y vení conmigo, a predicar el Evangelio".
"Ese chico se fue triste, se fue triste porque tenía mucha guita y no se animó a dejarla por Jesús, se fue con su plata y con su tristeza", dijo el Papa y contrapuso a este joven con "los primeros estaban con su alegría, con esa hermosa alegría que daba el encuentro con Jesús".
Francisco les habló del joven que le pidió a su padre -que tenía una fábrica- la parte de su herencia, se fue de la casa, "se dio la gran vida" y "de yapa sobrevino la crisis económica" y conoció "el hambre".
Sobre este ejemplo, el Papa reflexionó que "Dios es muy bueno. Dios aprovecha nuestros fracasos para hablarnos al corazón. No le dijo Dios a este joven: `Sos un fracasado, mirá lo que hiciste. Lo hizo razonar".
Recordó que ese joven al reflexionar decidió volver con su padre y "se encontró con algo que nunca había hecho conciente: el abrazo de la misericordia" y también recordó al joven que estaba muerto y era hijo único, de madre viuda y lo resucitó, "porque se compadeció de la madre".
Entonces, Francisco les preguntó a los jóvenes que pensaran con qué joven se sentían identificados.
"Si estás muerto, sabé que la Madre Iglesia está llorando por vos, y Jesús es capaz de resucitarte. Decime, ¿quién sos vos? Decítelo a vos mismo y eso te va a dar fuerza", les dijo el Papa.
Al hablar a las mujeres, Francisco les dijo que eran "aspirantes a consolidar con su vida la ternura y la fidelidad. Ustedes están sobre el camino de esas mujeres que seguían a Jesús, en las buenas y en las malas. La mujer tiene ese gran tesoro de poder dar vida, de poder dar ternura, de poder dar paz y alegría".
Al despedirse de los jóvenes, el Papa les deseó que cada uno "se encuentre con Jesús" que "no tengan miedo, miren a Jesús, miren a María y vayan adelante".