Dicen que fue poca gente al show, que el sonido no era el mejor, que con el pogo de los más fanáticos el piso de la cancha levantaba mucha tierra, que las entradas a las plateas vip no eran numeradas y que eso a la gente que las compró no le gustó nada. Dicen también que Charly estuvo maravilloso, que los artistas que lo acompañaron brillaron por su calidad, que había grandes y chicos y que más de uno lloró de emoción por tener al más grande prócer del rock nacional en la ciudad.
Es lo que dicen los que pudieron asistir al espectáculo.
Para Jornada, acostumbrado a ser testigo de cada episodio de la realidad, resulta muy extraño hablar o escribir por boca de otro. En este caso lo apropiado hubiese sido reflejar con palabras, fotografías e imágenes, los detalles más importantes de la presentación del genial Charly García en Puerto Madryn. Pero en una medida sin el más cercano antecedente, los organizadores se negaron a acreditar a nuestros fotógrafos, periodistas y camarógrafos, según dijeron, por las críticas efectuadas por el diario a la organización del show.
Impedir el ingreso de un medio a un espectáculo es un atropello, un cercenamiento a la libertad de trabajo, pero además, es ignorar lo que representa Grupo Jornada en Chubut. Es mucho más que un grupo de periodistas, reporteros gráficos, camarógrafos o locutores, porque más importante que la figura de ellos es la gente a la que llega Jornada con sus medios. Jornada son los lectores que nos acompañan todos los días, muchos hace casi 60 años. Son también los oyentes de FM Tiempo, emisora que día a día acrecienta sus niveles de adhesión y de popularidad y son los miles de televidentes que a través de la señal de Canal 3 de Puerto Madryn, Trelew, Comodoro Rivadavia y Rawson consumen los productos periodísticos y esperan las imágenes y las coberturas de estos eventos.
Jornada es también los miles de lectores que siguen cada día su página web, el sitio de información on line con más visitantes de Chubut. No hay un medio en Chubut como Jornada, con la capacidad de llegar al público masivo abriendo el enorme abanico de posibilidades que brinda tener un diario, radios y una productora de televisión que llega a los hogares de miles de vecinos.
Es posible que los novatos organizadores del evento ignoren esta realidad porque no viven en Madryn y solo pueden tentarse a venir cuando surge la posibilidad de un negocio, pero algunos de sus amigos que residen en la ciudad podrían ponerlos al tanto de la situación.
Ignorancia
La crítica es parte de nuestro trabajo, pero está claro que este grupo de “nenes bien” devenidos en productores artísticos no entienden apropiadamente la función de la prensa. ¿Por qué iban a permitir el ingreso del reportero gráfico de un medio que no fue condescendiente con una organización plagada de yerros?, ¿Cuál era la necesidad de dejar filmar a quien podría captar la imagen del público a los codazos, tratando de ganarse una ubicación en una platea sin numerar? ¿Por qué se permitiría trabajar a una empresa periodística que no nos asegure silencio eterno en caso de que el show fuese un fiasco?
Los hermanos Sala también se molestaron por la nota de Jornada que planteó dudas e incertidumbre sobre la realización del espectáculo. La difusión de una situación real, planteada por las autoridades policiales y municipales, fue tomada como un ataque al recital. Al parecer, el inconsciente colectivo, gran tema de Charly, pareció apoderarse de los organizadores del show, quienes evidenciaron una respuesta propia de “dinosaurios”.
Dicen que fue poca gente al show, que el sonido no era el mejor, que con el pogo de los más fanáticos el piso de la cancha levantaba mucha tierra, que las entradas a las plateas vip no eran numeradas y que eso a la gente que las compró no le gustó nada. Dicen también que Charly estuvo maravilloso, que los artistas que lo acompañaron brillaron por su calidad, que había grandes y chicos y que más de uno lloró de emoción por tener al más grande prócer del rock nacional en la ciudad.
Es lo que dicen los que pudieron asistir al espectáculo.
Para Jornada, acostumbrado a ser testigo de cada episodio de la realidad, resulta muy extraño hablar o escribir por boca de otro. En este caso lo apropiado hubiese sido reflejar con palabras, fotografías e imágenes, los detalles más importantes de la presentación del genial Charly García en Puerto Madryn. Pero en una medida sin el más cercano antecedente, los organizadores se negaron a acreditar a nuestros fotógrafos, periodistas y camarógrafos, según dijeron, por las críticas efectuadas por el diario a la organización del show.
Impedir el ingreso de un medio a un espectáculo es un atropello, un cercenamiento a la libertad de trabajo, pero además, es ignorar lo que representa Grupo Jornada en Chubut. Es mucho más que un grupo de periodistas, reporteros gráficos, camarógrafos o locutores, porque más importante que la figura de ellos es la gente a la que llega Jornada con sus medios. Jornada son los lectores que nos acompañan todos los días, muchos hace casi 60 años. Son también los oyentes de FM Tiempo, emisora que día a día acrecienta sus niveles de adhesión y de popularidad y son los miles de televidentes que a través de la señal de Canal 3 de Puerto Madryn, Trelew, Comodoro Rivadavia y Rawson consumen los productos periodísticos y esperan las imágenes y las coberturas de estos eventos.
Jornada es también los miles de lectores que siguen cada día su página web, el sitio de información on line con más visitantes de Chubut. No hay un medio en Chubut como Jornada, con la capacidad de llegar al público masivo abriendo el enorme abanico de posibilidades que brinda tener un diario, radios y una productora de televisión que llega a los hogares de miles de vecinos.
Es posible que los novatos organizadores del evento ignoren esta realidad porque no viven en Madryn y solo pueden tentarse a venir cuando surge la posibilidad de un negocio, pero algunos de sus amigos que residen en la ciudad podrían ponerlos al tanto de la situación.
Ignorancia
La crítica es parte de nuestro trabajo, pero está claro que este grupo de “nenes bien” devenidos en productores artísticos no entienden apropiadamente la función de la prensa. ¿Por qué iban a permitir el ingreso del reportero gráfico de un medio que no fue condescendiente con una organización plagada de yerros?, ¿Cuál era la necesidad de dejar filmar a quien podría captar la imagen del público a los codazos, tratando de ganarse una ubicación en una platea sin numerar? ¿Por qué se permitiría trabajar a una empresa periodística que no nos asegure silencio eterno en caso de que el show fuese un fiasco?
Los hermanos Sala también se molestaron por la nota de Jornada que planteó dudas e incertidumbre sobre la realización del espectáculo. La difusión de una situación real, planteada por las autoridades policiales y municipales, fue tomada como un ataque al recital. Al parecer, el inconsciente colectivo, gran tema de Charly, pareció apoderarse de los organizadores del show, quienes evidenciaron una respuesta propia de “dinosaurios”.