Salió a pasear por Murga y le robaron tres cubiertas de la camioneta
Había dejado el vehículo frente al aserradero, en una calle de tierra. La semana pasada, a su vecino le habían robado también tres cubiertas de su auto.
El martes por la tarde, un vecino de Trelew salióa pasear con sus perros a la avenida Murga de Trelew, dejó su camioneta estacionada en una calle de tierra y cuando regresó se encontró con que le habían robado tres cubiertas.
Carlos González, conocido vecino de la ciudad, fue a quien esta vez le tocó ser víctima de la inseguridad. En diálogo con Cadena Tiempo contó: “Dejé la camioneta frente al aserradero, di varias vueltas con los perros y cuando llegué alrededor de las 5 de la tarde faltaban tres gomas. La última no la pudieron sacar, será porque me vieron”.
Curiosamente, la semana pasada su vecino sufrió un robo similar. “Una semana antes tuve un aviso, porque a un vecino mío le robaron también tres cubiertas en el barrio. Y al vecino de al lado le habían robado ya una cubierta y yo me había salvado”.
Al encontrarse con su camioneta sin cubiertas, sintió una gran impotencia. “Es inexplicable porque es impresionante la cantidad de gente que pasa”, dijo Carlos. “Deben tener toda una organización y se toman su tiempo. No me cabe en la cabeza”.
El martes por la tarde, un vecino de Trelew salióa pasear con sus perros a la avenida Murga de Trelew, dejó su camioneta estacionada en una calle de tierra y cuando regresó se encontró con que le habían robado tres cubiertas.
Carlos González, conocido vecino de la ciudad, fue a quien esta vez le tocó ser víctima de la inseguridad. En diálogo con Cadena Tiempo contó: “Dejé la camioneta frente al aserradero, di varias vueltas con los perros y cuando llegué alrededor de las 5 de la tarde faltaban tres gomas. La última no la pudieron sacar, será porque me vieron”.
Curiosamente, la semana pasada su vecino sufrió un robo similar. “Una semana antes tuve un aviso, porque a un vecino mío le robaron también tres cubiertas en el barrio. Y al vecino de al lado le habían robado ya una cubierta y yo me había salvado”.
Al encontrarse con su camioneta sin cubiertas, sintió una gran impotencia. “Es inexplicable porque es impresionante la cantidad de gente que pasa”, dijo Carlos. “Deben tener toda una organización y se toman su tiempo. No me cabe en la cabeza”.