La contaminación marina por plásticos es un problema ambiental cada vez mayor a nivel mundial. Se estima que 12.2 millones de toneladas métricas de residuos plásticos entran en el océano cada año.
En tal sentido, según indica el Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de influencia, “los desechos de los buques pesqueros afectan considerablemente al Mar Patagónico”, agregando que “la cantidad de desechos plásticos generados por la industria pesquera comercial se duplicó en los últimos 50 años (de 340.000 a 640.000 toneladas anuales)” y que “una vez en el mar, recorren distancias considerables, tienen una persistencia de medio a largo plazo y pueden acumularse lejos de su punto de producción”.
De igual manera, en su página web el Foro señala que “la cantidad de desechos marinos en zonas costeras, superficie, columna de agua y lecho del Mar Patagónico está aumentando, en detrimento de los ecosistemas, la biodiversidad y la salud humana”.
Basura plástica en el mar
Objetos de nuestra vida cotidiana pueden tardar años e incluso siglos en biodegradarse. Sin ir más lejos, las mascarillas higiénicas tardan en 'desaparecer' hasta 400 años, el mismo tiempo que las anillas de plástico que agrupan los packs de latas. Una botella o balde de plástico puede tardar entre 450 o 500 años en desaparecer.
En cuanto a los desechos generados por la pesca, se estima que los cajones plásticos, las redes y la tanza tardan en degradarse más de 600 años. Un neumático puede permanecer casi intacto en el mar por más de 1000 años. Las botas de goma y guantes tardan entre 40 y 80 años dependiendo de su composición.
Preocupación por los microplásticos
Según un estudio realizado por varios investigadores de Conicet, la contaminación con microfibras de plásticos -partículas de menos de 5 milímetros- en una zona ubicada en el extremo sur de la plataforma patagónica "podría ser uno de los lugares más contaminados del mundo".
Se trata del estudio publicado a mediados de mayo en la revista científica Environmental Pollution, encabezado por la doctora en biología Rosana Di Mauro como parte el programa de Dinámica del Plancton Marino y Cambio Climático del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP).
Desde 2018, el programa toma muestras a 50 kilómetros de la costa de Mar del Plata y también amplió la investigación a la Bahía de Samborombóm.La investigación que lleva adelante Di Mauro la monitorea la presencia de microplásticos, entre otros ítems y parámetros físico-químicos del agua. "Estamos encontrando que, si bien es variable, no baja de 10 partículas por litro. Es un montón si se lo compara con lo que se viene publicando alrededor del mundo", alertó, la investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
"Hasta ahora no encontramos una muestra de agua o biológica que no tuviera nada. No hay resultados negativos, son todos positivos, es bastante impresionante", sentencia.
Las partículas son microfibras en forma de hilo, de 0,01 a 5 milímetros, pueden ser desde prendas de vestir (a partir del lavado doméstico), redes y cuerdas. Di Mauro, agrega que además de microfibras hay partículas en forma irregular de 0,005 a 5 milímetros. “Son muy chicas –describe- y se superponen con el plancton que sirve de alimento para muchas especies”.
La situación observada en Mar del Plata se repetió en Bahía Samborombón donde los científicos hallan microplásticos en los estómagos de juveniles de peces y en el agua.
La contaminación marina por plásticos es un problema ambiental cada vez mayor a nivel mundial. Se estima que 12.2 millones de toneladas métricas de residuos plásticos entran en el océano cada año.
En tal sentido, según indica el Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de influencia, “los desechos de los buques pesqueros afectan considerablemente al Mar Patagónico”, agregando que “la cantidad de desechos plásticos generados por la industria pesquera comercial se duplicó en los últimos 50 años (de 340.000 a 640.000 toneladas anuales)” y que “una vez en el mar, recorren distancias considerables, tienen una persistencia de medio a largo plazo y pueden acumularse lejos de su punto de producción”.
De igual manera, en su página web el Foro señala que “la cantidad de desechos marinos en zonas costeras, superficie, columna de agua y lecho del Mar Patagónico está aumentando, en detrimento de los ecosistemas, la biodiversidad y la salud humana”.
Basura plástica en el mar
Objetos de nuestra vida cotidiana pueden tardar años e incluso siglos en biodegradarse. Sin ir más lejos, las mascarillas higiénicas tardan en 'desaparecer' hasta 400 años, el mismo tiempo que las anillas de plástico que agrupan los packs de latas. Una botella o balde de plástico puede tardar entre 450 o 500 años en desaparecer.
En cuanto a los desechos generados por la pesca, se estima que los cajones plásticos, las redes y la tanza tardan en degradarse más de 600 años. Un neumático puede permanecer casi intacto en el mar por más de 1000 años. Las botas de goma y guantes tardan entre 40 y 80 años dependiendo de su composición.
Preocupación por los microplásticos
Según un estudio realizado por varios investigadores de Conicet, la contaminación con microfibras de plásticos -partículas de menos de 5 milímetros- en una zona ubicada en el extremo sur de la plataforma patagónica "podría ser uno de los lugares más contaminados del mundo".
Se trata del estudio publicado a mediados de mayo en la revista científica Environmental Pollution, encabezado por la doctora en biología Rosana Di Mauro como parte el programa de Dinámica del Plancton Marino y Cambio Climático del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP).
Desde 2018, el programa toma muestras a 50 kilómetros de la costa de Mar del Plata y también amplió la investigación a la Bahía de Samborombóm.La investigación que lleva adelante Di Mauro la monitorea la presencia de microplásticos, entre otros ítems y parámetros físico-químicos del agua. "Estamos encontrando que, si bien es variable, no baja de 10 partículas por litro. Es un montón si se lo compara con lo que se viene publicando alrededor del mundo", alertó, la investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
"Hasta ahora no encontramos una muestra de agua o biológica que no tuviera nada. No hay resultados negativos, son todos positivos, es bastante impresionante", sentencia.
Las partículas son microfibras en forma de hilo, de 0,01 a 5 milímetros, pueden ser desde prendas de vestir (a partir del lavado doméstico), redes y cuerdas. Di Mauro, agrega que además de microfibras hay partículas en forma irregular de 0,005 a 5 milímetros. “Son muy chicas –describe- y se superponen con el plancton que sirve de alimento para muchas especies”.
La situación observada en Mar del Plata se repetió en Bahía Samborombón donde los científicos hallan microplásticos en los estómagos de juveniles de peces y en el agua.