Ley del aborto: ¿Qué es lo que se está debatiendo?

En diálogo con Cadena Tiempo, la médica y especialista en medicina legal Stella Maris Manzano explicó cuáles son los detalles del proyecto para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo que fue presentado en el Congreso por el presidente Alberto Fernández.

21 NOV 2020 - 20:06 | Actualizado 29 SEP 2022 - 21:27

El aborto es uno de los temas de discusión más solicitados en los últimos años. La ley se viene presentando hace tiempo, y la discusión vuelve a desplegarse sobre la mesa cada vez con mayor intensidad. Pero ¿qué es lo que se está debatiendo realmente? Para explicar los pormenores de este proyecto, Stella Maris Manzano, especialista en tocoginecología y medicina legal, brindó detalles en un diálogo con Cadena Tiempo.

“Hay un par de proyectos”, explica. “El proyecto por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, que se presentó el año pasado. Ingresó también el proyecto del Ejecutivo a las Cámaras, diciendo que se inicia el debate”.

Stella subraya la importancia de esta última presentación del proyecto porque llega con el aval ni más ni menos que de Alberto Fernández. “Esto es muy bueno porque un presidente pide que se inicie el debate”.

Profundizando en los pormenores que dan forma a esta ley, Stella Maris dice: “La campaña plantea el aborto voluntario hasta las 14 semanas. Esto es igual al del Ejecutivo. La mujer no debería dar ninguna explicación sobre por qué quiere abortar. Es archisabido por la medicina que el peligro mayor de morir es en el parto. El embrión o feto no es una persona, no es un bebé como dicen los anti derechos. Para que haya un bebé, primero debe haber una mujer o una niña que debe arriesgar su vida para que ese bebé nazca. Y esa mujer o niña tiene derecho a no arriesgar su vida en un parto forzado”.

Por ley, las niñas violadas de 10 a 12 años tienen derecho a abortar. Las mujeres con enfermedades previas, que sufran del corazón, diabetes o hipertensión y también toda mujer sana, tiene riesgo de morir en un parto. La estadística, según la OMS, indica que el riesgo de una mujer argentina de morir en un único parto a lo largo de toda su vida es de 1 en 530. En dos partos, la estadística señala un riesgo doble.

Existen similitudes y diferencias entre los dos proyectos que se debaten en la actualidad. Stella los destaca: “Los dos proyectos plantean la posibilidad de abortar voluntariamente hasta las 14 semanas. No va a ir más presa la mujer que aborte hasta las 14 semanas según el proyecto del Ejecutivo. El de la campaña plantea que nunca una mujer vaya presa por abortar. Ambos proyectos plantean el derecho a adolescentes a la autonomía a partir de los 13 años; pueden pedir un aborto sin consentimiento de los padres y madres, entendiendo que no somos dueños de nuestros hijos y no podemos obligarlos a arriesgar su vida. Por debajo de los 13 años sí tiene que haber alguien que contenga. En el caso de personas con discapacidad, que haya el soporte afectivo que tiene la ley de trasplantes”.

Objeción de conciencia

En todo hay un pero. La ley del aborto en Argentina creó tal controversia que acabó por generar posturas antagónicas. “El pero que da vueltas es la objeción de conciencia”, explica Stella. “En el aborto hay dos vertientes que tratar. Una es que nos metían presas si abortábamos o al médico que hacía abortos. Yo hasta los 40 años le negué abortos a todo el mundo pensando que iba a ir presa. He visto mujeres morir porque nuestros servicios le negaron el aborto. Un lado es no criminalizar médicos ni mujeres. La segunda vertiente es que, al ser una práctica médica, alguien tiene que hacer esos abortos. Alguien debe garantizarlos. Una buena ley de aborto debe garantizar a los garantes. Suena como un trabalenguas, pero es así. Una ley que no exija a los garantes garantizar el aborto, sirve de muy poco. La ley de campaña no contempla la objeción de conciencia, porque entendemos que es inconstitucional”.

Muchas personas con posturas religiosas, éticas o de cualquier índole personal están en contra de la ley. La problemática surge cuando es el médico quien no está de acuerdo con la práctica del aborto. “La ley presentada por el presidente plantea que todo médico que quiera negarse a hacer abortos, se registra como objetor y no los tiene que hacer. Salvo que la mujer esté moribunda, dice la ley”.

Los médicos que practican el aborto tienen, también, sus encontronazos profesionales. Stella confiesa que en más de una oportunidad ha sufrido hechos de violencia al momento de realizar abortos. “Los médicos objetores y los fanáticos religiosos no son suavecitos. En Trelew los anestesistas quisieron impedirme hacer abortos. En nuestra ciudad, tres ginecólogas se volvieron objetores por la violencia que sufríamos”.

La lucha sigue

Existe una ley vigente y hay dos proyectos que están siendo debatidos. Mientras tanto, los abortos se siguen realizando en todo el país bajo condiciones poco óptimas, con métodos insalubres, bajo la sombra de la clandestinidad, y mujeres siguen muriendo.

“¿Por qué estamos haciendo abortos en todo el país? Porque el protocolo de aborto respetaba la ley de derechos del paciente”, dice Stella. “La ley del 2010 decía que quien no quiere hacer abortos, que no los haga, pero tiene que encontrar otro médico en su mismo hospital que lo haga. Si no hay otro, tiene que hacerlo él. Eso nos salvaba de la violencia a quienes hacemos abortos”.

Sin embargo, Stella Maris no se muestra enteramente feliz con el proyecto de ley presentado por Alberto Fernández, porque hay detalles mejorables. “Nuestro enojo con Alberto es que lo planteó muy bonito: dice que la objeción nunca puede ser grupal, siempre individual. El tema es que cuando 15 individuos se ponen de acuerdo, se llama grupal. La única manera de que no se pongan de acuerdo es ponerles un tope. En cada hospital tendría que haber al menos tres médicos que garanticen el aborto. Si alguien no quiere hacer aborto, que no lo haga, pero si no hay otro médico lo va a tener que hacer. Ese es el tope que no está en el proyecto de ley, y nos duele mucho”.

En Trelew, el promedio de natalidad anual mantiene las mismas cifras de los últimos 10 años: nacen entre 800 y 900 niños por año. Stella indica que se han hecho más abortos durante la pandemia –desde abril hasta septiembre– con 160 abortos.

“Eso nos da 320 abortos en un año sobre 900 partos. Eso quiere decir que un tercio de los embarazos termina en un aborto. Antes no lo sabíamos porque se hacían clandestinamente, pagando mucho dinero y sin garantías. Varias mujeres me contaron que fueron violadas por los médicos que le hicieron los abortos cuando estaban semidormidas. A mí me tocó atender a una madre con cuatro hijos que murió en el materno por un aborto con sondas. Eso es muy injusto y precisamos que una ley de aborto lo impida”.

21 NOV 2020 - 20:06

El aborto es uno de los temas de discusión más solicitados en los últimos años. La ley se viene presentando hace tiempo, y la discusión vuelve a desplegarse sobre la mesa cada vez con mayor intensidad. Pero ¿qué es lo que se está debatiendo realmente? Para explicar los pormenores de este proyecto, Stella Maris Manzano, especialista en tocoginecología y medicina legal, brindó detalles en un diálogo con Cadena Tiempo.

“Hay un par de proyectos”, explica. “El proyecto por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, que se presentó el año pasado. Ingresó también el proyecto del Ejecutivo a las Cámaras, diciendo que se inicia el debate”.

Stella subraya la importancia de esta última presentación del proyecto porque llega con el aval ni más ni menos que de Alberto Fernández. “Esto es muy bueno porque un presidente pide que se inicie el debate”.

Profundizando en los pormenores que dan forma a esta ley, Stella Maris dice: “La campaña plantea el aborto voluntario hasta las 14 semanas. Esto es igual al del Ejecutivo. La mujer no debería dar ninguna explicación sobre por qué quiere abortar. Es archisabido por la medicina que el peligro mayor de morir es en el parto. El embrión o feto no es una persona, no es un bebé como dicen los anti derechos. Para que haya un bebé, primero debe haber una mujer o una niña que debe arriesgar su vida para que ese bebé nazca. Y esa mujer o niña tiene derecho a no arriesgar su vida en un parto forzado”.

Por ley, las niñas violadas de 10 a 12 años tienen derecho a abortar. Las mujeres con enfermedades previas, que sufran del corazón, diabetes o hipertensión y también toda mujer sana, tiene riesgo de morir en un parto. La estadística, según la OMS, indica que el riesgo de una mujer argentina de morir en un único parto a lo largo de toda su vida es de 1 en 530. En dos partos, la estadística señala un riesgo doble.

Existen similitudes y diferencias entre los dos proyectos que se debaten en la actualidad. Stella los destaca: “Los dos proyectos plantean la posibilidad de abortar voluntariamente hasta las 14 semanas. No va a ir más presa la mujer que aborte hasta las 14 semanas según el proyecto del Ejecutivo. El de la campaña plantea que nunca una mujer vaya presa por abortar. Ambos proyectos plantean el derecho a adolescentes a la autonomía a partir de los 13 años; pueden pedir un aborto sin consentimiento de los padres y madres, entendiendo que no somos dueños de nuestros hijos y no podemos obligarlos a arriesgar su vida. Por debajo de los 13 años sí tiene que haber alguien que contenga. En el caso de personas con discapacidad, que haya el soporte afectivo que tiene la ley de trasplantes”.

Objeción de conciencia

En todo hay un pero. La ley del aborto en Argentina creó tal controversia que acabó por generar posturas antagónicas. “El pero que da vueltas es la objeción de conciencia”, explica Stella. “En el aborto hay dos vertientes que tratar. Una es que nos metían presas si abortábamos o al médico que hacía abortos. Yo hasta los 40 años le negué abortos a todo el mundo pensando que iba a ir presa. He visto mujeres morir porque nuestros servicios le negaron el aborto. Un lado es no criminalizar médicos ni mujeres. La segunda vertiente es que, al ser una práctica médica, alguien tiene que hacer esos abortos. Alguien debe garantizarlos. Una buena ley de aborto debe garantizar a los garantes. Suena como un trabalenguas, pero es así. Una ley que no exija a los garantes garantizar el aborto, sirve de muy poco. La ley de campaña no contempla la objeción de conciencia, porque entendemos que es inconstitucional”.

Muchas personas con posturas religiosas, éticas o de cualquier índole personal están en contra de la ley. La problemática surge cuando es el médico quien no está de acuerdo con la práctica del aborto. “La ley presentada por el presidente plantea que todo médico que quiera negarse a hacer abortos, se registra como objetor y no los tiene que hacer. Salvo que la mujer esté moribunda, dice la ley”.

Los médicos que practican el aborto tienen, también, sus encontronazos profesionales. Stella confiesa que en más de una oportunidad ha sufrido hechos de violencia al momento de realizar abortos. “Los médicos objetores y los fanáticos religiosos no son suavecitos. En Trelew los anestesistas quisieron impedirme hacer abortos. En nuestra ciudad, tres ginecólogas se volvieron objetores por la violencia que sufríamos”.

La lucha sigue

Existe una ley vigente y hay dos proyectos que están siendo debatidos. Mientras tanto, los abortos se siguen realizando en todo el país bajo condiciones poco óptimas, con métodos insalubres, bajo la sombra de la clandestinidad, y mujeres siguen muriendo.

“¿Por qué estamos haciendo abortos en todo el país? Porque el protocolo de aborto respetaba la ley de derechos del paciente”, dice Stella. “La ley del 2010 decía que quien no quiere hacer abortos, que no los haga, pero tiene que encontrar otro médico en su mismo hospital que lo haga. Si no hay otro, tiene que hacerlo él. Eso nos salvaba de la violencia a quienes hacemos abortos”.

Sin embargo, Stella Maris no se muestra enteramente feliz con el proyecto de ley presentado por Alberto Fernández, porque hay detalles mejorables. “Nuestro enojo con Alberto es que lo planteó muy bonito: dice que la objeción nunca puede ser grupal, siempre individual. El tema es que cuando 15 individuos se ponen de acuerdo, se llama grupal. La única manera de que no se pongan de acuerdo es ponerles un tope. En cada hospital tendría que haber al menos tres médicos que garanticen el aborto. Si alguien no quiere hacer aborto, que no lo haga, pero si no hay otro médico lo va a tener que hacer. Ese es el tope que no está en el proyecto de ley, y nos duele mucho”.

En Trelew, el promedio de natalidad anual mantiene las mismas cifras de los últimos 10 años: nacen entre 800 y 900 niños por año. Stella indica que se han hecho más abortos durante la pandemia –desde abril hasta septiembre– con 160 abortos.

“Eso nos da 320 abortos en un año sobre 900 partos. Eso quiere decir que un tercio de los embarazos termina en un aborto. Antes no lo sabíamos porque se hacían clandestinamente, pagando mucho dinero y sin garantías. Varias mujeres me contaron que fueron violadas por los médicos que le hicieron los abortos cuando estaban semidormidas. A mí me tocó atender a una madre con cuatro hijos que murió en el materno por un aborto con sondas. Eso es muy injusto y precisamos que una ley de aborto lo impida”.


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