A 40 años del accidente que diezmó al cuerpo del Colón

En una tragedia aérea murieron nueve bailarines argentinos. El grupo viajaba a actuar a Trelew.

09 OCT 2011 - 22:40 | Actualizado

El 10 de octubre de 1971 un accidente de aviación provocó la muerte de nueve bailarines pertenecientes al elenco estable del Teatro Colón. Se dirigían a Trelew para presentarse en el Teatro Español.

El trágico hecho dejó incompletas muchas carreras brillantes. En el hecho murieron los primeros bailarines Norma Fontenla y José Neglia, junto a Margarita Fernández, Carlos Santamarina, Carlos Schiaffino, Rubén Estanga, Antonio Zambrana, Sara Bochcovsky y Martha Raspanti. En la década del sesenta la popularidad del ballet había llegado a un nivel sin antecedentes. El acceso gratuito a los espectáculos, no sólo en el interior sino también al aire libre en Buenos Aires, y en funciones matinales los domingos para chicos y adolescentes, habían provocado un fenómeno que no iba a volver a repetirse hasta muchos años después. Y Fontenla y Neglia tuvieron mucho que ver con esa popularidad de la danza.

Durante el velatorio de los artistas, realizado en el Salón Dorado del Colón, unas 3.500 personas asistieron a despedir a sus tan admirados bailarines.

En Trelew los recuerda una placa de bronce con sus nombres, ubicada en el exterior del Teatro Español.

La entrevista

El escritor e historiador aeronáutico, Miguel Alejandro Sánchez Peña, quien también se desempeña como delegado del Instituto Nacional Newberiano en Chubut, entrevistó en Buenos Aires a la bailarina María del Carmen Pérez, Bambi para los íntimos, viuda del bailarín José Neglia.

La charla se desarrolló en la casa de Charcas 3.260, en Palermo, en la que vivió Neglia, que aún conserva muebles, óleos y fotografías del desaparecido bailarín. También hay imágenes de Pérez–bailarina y profesora de danza- y de su hijo Sergio, quien también se convirtió en bailarín y desde la década del 90 vive en Búffalo, en el estado de Nueva York. Allí, junto a su esposa Heidi Halt, dirige la Escuela Neglia Ballet Artists.

En sus visitas a Argentina, Neglia ha realizado diversas presentaciones en homenaje a su padre en distintos puntos del país. La más reciente fue el sábado 8 en el Teatro Colón.

La tragedia

La última actuación de José Neglia fue la mañana del domingo 10 de octubre en el Teatro Coliseo, donde bailó “El Niño Brujo” de Jack Carter, su partitura favorita.

A las 19 el avión partió del aeroparque Jorge Newbery pero, a poco de ascender, un motor falló y el piloto intentó el regreso al aeropuerto. En la cinta magnetofónica de la torre de control quedó grabada su voz que repite tres veces “¡Nos caemos al agua!”. En vez de acuatizar, la aeronave cayó a 45 grados en el Río de la Plata: las diez personas que viajaban a bordo murieron instantáneamente.

José era divertido

María del Carmen Pérez y José Neglia se habían conocido muy jóvenes y compartían su pasión por la danza. En la época del accidente ella tenía 39 años y él 42.

Durante la charla, Bambi explicó que Neglia había aceptado el contrato de una importante empresa para ofrecer espectáculos en el interior del país. “Estábamos pagando el departamento en el que vivíamos y esa entrada significaba unos pesos extra a lo que ganaba en el Colón que, como primer bailarín, era un sueldo magro”, mencionó.

Después de la función a beneficio en el Teatro Coliseo de ese fatídico 10 de octubre, José, María del Carmen y sus dos hijos Alejandra y Sergio almorzaron en los clásicos carritos de la costanera frente al Club de Pescadores, y luego regresaron a su casa de Palermo.

Bambi recuerda que, mientras se afeitaba, José le comentó “Flaca, el impacto del avión en el agua es más fuerte que en la tierra”… “En ese momento yo no le di importancia, pero fue algo premonitorio”, menciona la mujer. El matrimonio se despidió a las cinco de la tarde. Él se fue en su auto, que dejó estacionado en la costanera como hacía siempre que viajaba.

Estaba previsto que la función en Trelew se realizara el domingo a la noche en el Teatro Español. “Alquilaron el servicio de un avión taxi para cumplir con los compromisos que el Colón les exigía”, menciona la viuda. “Por eso no hacían las giras en vuelos de línea. Ellos iban a regresar el lunes ya que el martes debían ensayar en el Colón. Y si no llegaban a tiempo le descontaban parte del sueldo”, asegura.

“José era divertido, de carácter, adoraba a sus hijos, y le gustaba mucho cocinar, amasar fideos. Llevaba la olla al garaje donde estacionaba su auto y compartía la comida con los cuidadores con quienes había entablado amistad”, describe María del Carmen. “A veces sufría insomnio y se levantaba a prepararse papas fritas y huevos, y entonces me despertaba para que comiéramos juntos”.

Además de la danza, a José le gustaba pintar. “Usaba óleo y tenía un atril. Él compartía esa actividad con su amigo Alfredo Caruso, también artista y bailarín del Colón”, rescata la mujer. Otra de sus pasiones era pescar y por eso cuando su trabajo se lo permitía viajaban al mar, a San Bernardo.

María del Carmen también conoció a Norma Fontenla, que había sido elegida por Rudolf Nureyev para compartir con él los papeles principales en Cascanueces de Tchaikovsky. “Norma era muy divertida, de buen carácter, se reía de todo –rememora Bambi, quien fue su compañera en el Teatro Colón. “Ella se casó y luego se separó. Era una excelente bailarina. Hacía un personaje en Giselle en el que parecía que volaba. Fue más aplaudida que la otra primera bailarina”.

Luego de su presentación en Trelew, José Neglia y Norma Fontenla, continuarían sus ensayos para actuar en Estados Unidos. A 40 años de la tragedia irreparable, el mundo de la danza recuerda a las figuras que dejaron su marca en la historia de la danza en el país.#

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09 OCT 2011 - 22:40

El 10 de octubre de 1971 un accidente de aviación provocó la muerte de nueve bailarines pertenecientes al elenco estable del Teatro Colón. Se dirigían a Trelew para presentarse en el Teatro Español.

El trágico hecho dejó incompletas muchas carreras brillantes. En el hecho murieron los primeros bailarines Norma Fontenla y José Neglia, junto a Margarita Fernández, Carlos Santamarina, Carlos Schiaffino, Rubén Estanga, Antonio Zambrana, Sara Bochcovsky y Martha Raspanti. En la década del sesenta la popularidad del ballet había llegado a un nivel sin antecedentes. El acceso gratuito a los espectáculos, no sólo en el interior sino también al aire libre en Buenos Aires, y en funciones matinales los domingos para chicos y adolescentes, habían provocado un fenómeno que no iba a volver a repetirse hasta muchos años después. Y Fontenla y Neglia tuvieron mucho que ver con esa popularidad de la danza.

Durante el velatorio de los artistas, realizado en el Salón Dorado del Colón, unas 3.500 personas asistieron a despedir a sus tan admirados bailarines.

En Trelew los recuerda una placa de bronce con sus nombres, ubicada en el exterior del Teatro Español.

La entrevista

El escritor e historiador aeronáutico, Miguel Alejandro Sánchez Peña, quien también se desempeña como delegado del Instituto Nacional Newberiano en Chubut, entrevistó en Buenos Aires a la bailarina María del Carmen Pérez, Bambi para los íntimos, viuda del bailarín José Neglia.

La charla se desarrolló en la casa de Charcas 3.260, en Palermo, en la que vivió Neglia, que aún conserva muebles, óleos y fotografías del desaparecido bailarín. También hay imágenes de Pérez–bailarina y profesora de danza- y de su hijo Sergio, quien también se convirtió en bailarín y desde la década del 90 vive en Búffalo, en el estado de Nueva York. Allí, junto a su esposa Heidi Halt, dirige la Escuela Neglia Ballet Artists.

En sus visitas a Argentina, Neglia ha realizado diversas presentaciones en homenaje a su padre en distintos puntos del país. La más reciente fue el sábado 8 en el Teatro Colón.

La tragedia

La última actuación de José Neglia fue la mañana del domingo 10 de octubre en el Teatro Coliseo, donde bailó “El Niño Brujo” de Jack Carter, su partitura favorita.

A las 19 el avión partió del aeroparque Jorge Newbery pero, a poco de ascender, un motor falló y el piloto intentó el regreso al aeropuerto. En la cinta magnetofónica de la torre de control quedó grabada su voz que repite tres veces “¡Nos caemos al agua!”. En vez de acuatizar, la aeronave cayó a 45 grados en el Río de la Plata: las diez personas que viajaban a bordo murieron instantáneamente.

José era divertido

María del Carmen Pérez y José Neglia se habían conocido muy jóvenes y compartían su pasión por la danza. En la época del accidente ella tenía 39 años y él 42.

Durante la charla, Bambi explicó que Neglia había aceptado el contrato de una importante empresa para ofrecer espectáculos en el interior del país. “Estábamos pagando el departamento en el que vivíamos y esa entrada significaba unos pesos extra a lo que ganaba en el Colón que, como primer bailarín, era un sueldo magro”, mencionó.

Después de la función a beneficio en el Teatro Coliseo de ese fatídico 10 de octubre, José, María del Carmen y sus dos hijos Alejandra y Sergio almorzaron en los clásicos carritos de la costanera frente al Club de Pescadores, y luego regresaron a su casa de Palermo.

Bambi recuerda que, mientras se afeitaba, José le comentó “Flaca, el impacto del avión en el agua es más fuerte que en la tierra”… “En ese momento yo no le di importancia, pero fue algo premonitorio”, menciona la mujer. El matrimonio se despidió a las cinco de la tarde. Él se fue en su auto, que dejó estacionado en la costanera como hacía siempre que viajaba.

Estaba previsto que la función en Trelew se realizara el domingo a la noche en el Teatro Español. “Alquilaron el servicio de un avión taxi para cumplir con los compromisos que el Colón les exigía”, menciona la viuda. “Por eso no hacían las giras en vuelos de línea. Ellos iban a regresar el lunes ya que el martes debían ensayar en el Colón. Y si no llegaban a tiempo le descontaban parte del sueldo”, asegura.

“José era divertido, de carácter, adoraba a sus hijos, y le gustaba mucho cocinar, amasar fideos. Llevaba la olla al garaje donde estacionaba su auto y compartía la comida con los cuidadores con quienes había entablado amistad”, describe María del Carmen. “A veces sufría insomnio y se levantaba a prepararse papas fritas y huevos, y entonces me despertaba para que comiéramos juntos”.

Además de la danza, a José le gustaba pintar. “Usaba óleo y tenía un atril. Él compartía esa actividad con su amigo Alfredo Caruso, también artista y bailarín del Colón”, rescata la mujer. Otra de sus pasiones era pescar y por eso cuando su trabajo se lo permitía viajaban al mar, a San Bernardo.

María del Carmen también conoció a Norma Fontenla, que había sido elegida por Rudolf Nureyev para compartir con él los papeles principales en Cascanueces de Tchaikovsky. “Norma era muy divertida, de buen carácter, se reía de todo –rememora Bambi, quien fue su compañera en el Teatro Colón. “Ella se casó y luego se separó. Era una excelente bailarina. Hacía un personaje en Giselle en el que parecía que volaba. Fue más aplaudida que la otra primera bailarina”.

Luego de su presentación en Trelew, José Neglia y Norma Fontenla, continuarían sus ensayos para actuar en Estados Unidos. A 40 años de la tragedia irreparable, el mundo de la danza recuerda a las figuras que dejaron su marca en la historia de la danza en el país.#


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