Hijo de Vicente y Lorenza Agüero y oriundo de Balcarce, pero fiel a su ferviente apego a la Patagonia adoptiva, Hugo Giménez Agüero dijo que era de Río Gallegos, porque expresaba que “nacer en un lugar es un accidente, ser de un lugar es una decisión de amor”.
Fue el quinto de ocho hermanos y se llamó Hugo Jorge Giménez. El Agüero fue adosado a su identidad cantora como homenaje filial a Doña Lorenza.
Hugo Giménez Agüero precisó no saber exactamente de dónde vino su pertenencia al canto y a la música, pero, recordaba que de chiquito (tres años) ensayaba los primeros sonidos de su pequeña voz, cosas como “La vieja serenata” o “Al pié de tu reja”, con una guitarra de juguete, se presentaba en el comedor de la casa paterna. Cantó en los actos escolares y en improvisados “recitales” en los galpones, rodeado de sus compañeritos de entonces.
A eso de los doce años, escribió su primera canción como jugando.
Su otra pasión, la locución, la recordaba siempre. “Desde chico hacía locución con una latita de conservas e imitaba números de circo” cree haber sido artista antes que cantor. Con el correr de tiempo aparecieron otras cosas: zambas, milongas, “cosas que componía”.
A los 16 se fue de Balcarce. El primer punto de aventura fue Montevideo y luego Buenos Aires, con la guitarra a cuestas y su primer encuentro con el público. En 1962, los esbozos de una carrera profesional se dieron con un trío: “Los Reseros”, que Hugo integró junto a Garrido y Cruz. Las presentaciones fueron hasta el ´64, cuando le tocó el servicio militar. La “colimba” fue en Río Gallegos. Allí fue la revelación de un mundo que lo marcaría para siempre. “Ahí me quedé para siempre” y agregó: “Ahí nací de nuevo, crecí como persona, como hombre. Siempre estoy mirando al Sur. Creo que el sur es un lugar que cuando lo conocés, te hace parir. Es como si tuvieras el hijo de la raíz”. “Ser de Santa Cruz es un orgullo y una decisión propia”.
Primera canción
En el viaje hacia Santa Cruz nació su primera canción con temática patagónica. Se llamó “Por el Sur de Piedra Buena”. Corría el año 1965.
En Santa Cruz comenzó su otra profesión, la locución en L.U.12 Radio Río Gallegos. En 1966 trabajó en L.U.14 Radio Provincia de Santa Cruz, la emisora oficial y realizó un programa de tango en televisión.
Mientras seguía componiendo temas para Santa Cruz, primero con ritmos de baladas o canciones, conoció a Oscar Giménez, un músico que recopilaba ritmos tehuelches por toda la Patagonia y a través de sus cintas descubrió la belleza de los ritmos indígenas. “Los paso a la guitarra, le pongo mi propia creación y empiezo a componer poesía referente a Santa Cruz”. Así el cantor empezó a insertarse en el mundo tehuelche.
Por esos tiempos aparece en su vida el estudioso Mario Echeverría Baleta, quien le enseña la lengua tehuelche. “Me enseñó también cada uno de los picaderos de flechas, cada uno de los asentamientos indígenas y los nombres de las plantas, arbustos y hierbas de Santa Cruz”. Nace entonces uno de sus clásicos: Malambo Blanco.
Ganando para siempre en esta cosmovisión patagónica decide intensificar sus conocimientos. Es entonces cuando conoce a quien fuera uno de sus grandes amigos, un tehuelche llamado Maguer Cuaterno, uno de los últimos indígenas de esa raza. Con él comparte un viaje junto a su otro gran amigo Mario Guatti, con quienes recorre casi todo el territorio santacruceño, donde toma contacto con otras personalidades de esa raza, como Rosa Vargas, o don Rinahuel, entre otros.
Lengua Tehuelche
Corría el año 1980. “Así fue como enriquecí mi obra. Empecé a cantar la lengua tehuelche”, contó. Las chorrilleras, la milonga andina, el kaani, el malambo sureño, ya formaban parte de su canto.
En 1975 se traslada a Capital Federal. “Golpearse en Bs. As. era crecer” más aún tratando de mostrar algo nuevo y totalmente desconocido para el público de la Capital. Así es como, casi todos, hace todas las peñas y menciona una: La Salamanca. “Ese fue un lugar inolvidable, donde la gente escucha al artista y éste crece con el público”. También paseó su canto por Universidades y circuitos turísticos. Por supuesto que no faltaban festivales y su favorito: Pico Truncado en Santa Cruz, festival que lo vio como animador, durmiendo al aire libre y años después con la guitarra y el decir patagónico, ya artista consagrado.
El año 1982 lo recibe el escenario mayor del festival de Cosquín y es distinguido con la mención a la autenticidad y Consagración Cosquín 1982.
Pero antes, en 1979, tiene su primera posibilidad de llegar al sueño de un disco, y lo tuvo a través de Teodoro Cuenca y su sello “SONORO S.A.”, Hugo Giménez Agüero costeó los gastos de grabación y finalmente salió a la calle “Al Sur Santa Cruz” y poco después “Desde la Patagonia Austral”.
Pero este inquieto artista se dio cuenta de que el camino de su obra era a través de la autogestión. Formó entonces su propio sello discográfico: “NA-QUEL” y comienza su producción hasta el año 1996, ya que después sigue produciendo con otras compañías discográficas como SONY, EPSA, GLD, PHONOPAY, llegando a la fecha la obra Nº 20 de su carrera.
Aunque no nació en Santa Cruz, tomó esa provincia en particular y la Patagonia en general como propias por una decisión de amor a esta tierra, y desde allí inició una propuesta que sobrepasó sus límites para ir adentrándose en toda la geografía del país.#
Hijo de Vicente y Lorenza Agüero y oriundo de Balcarce, pero fiel a su ferviente apego a la Patagonia adoptiva, Hugo Giménez Agüero dijo que era de Río Gallegos, porque expresaba que “nacer en un lugar es un accidente, ser de un lugar es una decisión de amor”.
Fue el quinto de ocho hermanos y se llamó Hugo Jorge Giménez. El Agüero fue adosado a su identidad cantora como homenaje filial a Doña Lorenza.
Hugo Giménez Agüero precisó no saber exactamente de dónde vino su pertenencia al canto y a la música, pero, recordaba que de chiquito (tres años) ensayaba los primeros sonidos de su pequeña voz, cosas como “La vieja serenata” o “Al pié de tu reja”, con una guitarra de juguete, se presentaba en el comedor de la casa paterna. Cantó en los actos escolares y en improvisados “recitales” en los galpones, rodeado de sus compañeritos de entonces.
A eso de los doce años, escribió su primera canción como jugando.
Su otra pasión, la locución, la recordaba siempre. “Desde chico hacía locución con una latita de conservas e imitaba números de circo” cree haber sido artista antes que cantor. Con el correr de tiempo aparecieron otras cosas: zambas, milongas, “cosas que componía”.
A los 16 se fue de Balcarce. El primer punto de aventura fue Montevideo y luego Buenos Aires, con la guitarra a cuestas y su primer encuentro con el público. En 1962, los esbozos de una carrera profesional se dieron con un trío: “Los Reseros”, que Hugo integró junto a Garrido y Cruz. Las presentaciones fueron hasta el ´64, cuando le tocó el servicio militar. La “colimba” fue en Río Gallegos. Allí fue la revelación de un mundo que lo marcaría para siempre. “Ahí me quedé para siempre” y agregó: “Ahí nací de nuevo, crecí como persona, como hombre. Siempre estoy mirando al Sur. Creo que el sur es un lugar que cuando lo conocés, te hace parir. Es como si tuvieras el hijo de la raíz”. “Ser de Santa Cruz es un orgullo y una decisión propia”.
Primera canción
En el viaje hacia Santa Cruz nació su primera canción con temática patagónica. Se llamó “Por el Sur de Piedra Buena”. Corría el año 1965.
En Santa Cruz comenzó su otra profesión, la locución en L.U.12 Radio Río Gallegos. En 1966 trabajó en L.U.14 Radio Provincia de Santa Cruz, la emisora oficial y realizó un programa de tango en televisión.
Mientras seguía componiendo temas para Santa Cruz, primero con ritmos de baladas o canciones, conoció a Oscar Giménez, un músico que recopilaba ritmos tehuelches por toda la Patagonia y a través de sus cintas descubrió la belleza de los ritmos indígenas. “Los paso a la guitarra, le pongo mi propia creación y empiezo a componer poesía referente a Santa Cruz”. Así el cantor empezó a insertarse en el mundo tehuelche.
Por esos tiempos aparece en su vida el estudioso Mario Echeverría Baleta, quien le enseña la lengua tehuelche. “Me enseñó también cada uno de los picaderos de flechas, cada uno de los asentamientos indígenas y los nombres de las plantas, arbustos y hierbas de Santa Cruz”. Nace entonces uno de sus clásicos: Malambo Blanco.
Ganando para siempre en esta cosmovisión patagónica decide intensificar sus conocimientos. Es entonces cuando conoce a quien fuera uno de sus grandes amigos, un tehuelche llamado Maguer Cuaterno, uno de los últimos indígenas de esa raza. Con él comparte un viaje junto a su otro gran amigo Mario Guatti, con quienes recorre casi todo el territorio santacruceño, donde toma contacto con otras personalidades de esa raza, como Rosa Vargas, o don Rinahuel, entre otros.
Lengua Tehuelche
Corría el año 1980. “Así fue como enriquecí mi obra. Empecé a cantar la lengua tehuelche”, contó. Las chorrilleras, la milonga andina, el kaani, el malambo sureño, ya formaban parte de su canto.
En 1975 se traslada a Capital Federal. “Golpearse en Bs. As. era crecer” más aún tratando de mostrar algo nuevo y totalmente desconocido para el público de la Capital. Así es como, casi todos, hace todas las peñas y menciona una: La Salamanca. “Ese fue un lugar inolvidable, donde la gente escucha al artista y éste crece con el público”. También paseó su canto por Universidades y circuitos turísticos. Por supuesto que no faltaban festivales y su favorito: Pico Truncado en Santa Cruz, festival que lo vio como animador, durmiendo al aire libre y años después con la guitarra y el decir patagónico, ya artista consagrado.
El año 1982 lo recibe el escenario mayor del festival de Cosquín y es distinguido con la mención a la autenticidad y Consagración Cosquín 1982.
Pero antes, en 1979, tiene su primera posibilidad de llegar al sueño de un disco, y lo tuvo a través de Teodoro Cuenca y su sello “SONORO S.A.”, Hugo Giménez Agüero costeó los gastos de grabación y finalmente salió a la calle “Al Sur Santa Cruz” y poco después “Desde la Patagonia Austral”.
Pero este inquieto artista se dio cuenta de que el camino de su obra era a través de la autogestión. Formó entonces su propio sello discográfico: “NA-QUEL” y comienza su producción hasta el año 1996, ya que después sigue produciendo con otras compañías discográficas como SONY, EPSA, GLD, PHONOPAY, llegando a la fecha la obra Nº 20 de su carrera.
Aunque no nació en Santa Cruz, tomó esa provincia en particular y la Patagonia en general como propias por una decisión de amor a esta tierra, y desde allí inició una propuesta que sobrepasó sus límites para ir adentrándose en toda la geografía del país.#