Argentina es un país que sufre por estos días. Pobreza, inflación, devalución, desocupación y recesión conforman un menú de dudoso valor nutritivo. Pese a este contexto, hay quienes confían en esta tierra.
Jefina Koivuniemi es oriunda de Finlandia, nación que integra el denominado Primer Mundo. Futbolista de 17 años, arribó hace una semana y media a Trelew por un intercambio cultural organizado por el Rotary Club. Sin saber una palabra de castellano, se embarcó en busca de un objetivo claro.
"Vine acá por el fútbol. El fútbol no es tan importante en Finlandia. En Argentina la gente mira y juega al fútbol. Quiero sentir cómo es vivir y jugar en un país donde el fútbol es el deporte más importante", indicó en inglés, el idioma en el que se hizo la entrevista.
Su familia de residencia, integrada por el matrimonio entre María Belén Bianchi y Osvaldo Martínez, tomó nota e hizo averiguaciones. En breve, Jefina terminará de fichar por Racing Club de Trelew, donde se entrena.
Latidos futboleros
A diferencia de lo que suele ocurrir en Argentina, Jefina, delantera y volante por derecha, empezó a jugar con niñas. Si bien el balompié no es pasión de multitudes en ese país escandinavo, la estructura finesa es superior a la argentina. Y eso ayudó a saciar su sed de futbolista desde muy pequeña.
"En Finlandia, hay otros deportes, como el hockey sobre el hielo. Pero me gusta el fútbol porque es muy fácil de jugar. Si tenés una pelota podás jugar en culaquier lugar. No necesitás tanto, está muy bueno eso", reflejó.
"En Finlandia, mi mamá, Paivi, piensa como yo. Me dijo que es genial que jugara en Argentina. Además, iba a conocer un lugar distinto. Mi papá, Janne y mis cinco hermanos también están contentos", indicó.
Jefina admira a Diego Maradona y a Lionel Messi. Pero su futbolista favorito es Sami Hyypia. "Él es finlandés y llegó a lo más alto. Ganó la Champions League con el Liverpool", dijo sobre el exzaguero del club inglés, ya retirado, quien marcó en la épica victoria ante el Milan en la final del 2005 en Turquía.
Adaptación sencilla
La adaptación no le resulta complicada a Jefina. "Me siento muy bien en Argentina. Estoy disfrutando mucho. Me siento feliz de estar aquí", reseñó. "La gente es muy diferente acá. Son divertidos, bailan y cantan, eso está muy bueno", expresó con un entusiamo desbordante.
Esa actitud jovial le permite una socialización veloz, pese a no saber español. "Mis compañeras en Racing son geniales. Me agradan mucho. Me hablan, me tratan de enseñar en castellano. Cuando digo algo en castellano lo festejan. Son muy positivas", resaltó.
"Me alientan cada vez que hago un gol. Es un gran grupo. Quiero aprender bien castellano para comunicarme mejor con ellas. Soy de hablar mucho y no saber el idioma me limita bastante. Quiero aprender el idioma, con algunos insultos, claro", expresó con picardía.
A nivel escolar, Jefina asiste a la Escuela 751 de Trelew, a 5° Segunda, donde tampoco encuentra trabas para relacionarse.
"Todos mis compañeros son muy amables conmigo. Tratan de hablarme, pese a no saber inglés. Solo un compañero de curso sabe. Con los maestros, todo bien también", remarcó.
"Por ahora, como no entiendo lo que se dice en clase, no puedo hacer la tarea. Ese es otro motivo para aprender castellano", indicó.
Sueños futuros
Por un año, Jefina permanecerá en la Argentina, donde conocerá cómo se vive un país futbolero. Pero sus aspiraciones trascienden a un campo de juego.
"Quiero disfrutar del fútbol acá. Pero no es lo único en lo que pienso. Quiero ser doctora. Me encantan química y matemáticas. Y también me encanta poder ayudar y estar con la gente, un médico hace eso", concluyó.
Con un balón en sus pies, Jefina Koivuniemi, hace una formidable inversión humana en la Argentina. Y prueba una vez que el fútbol es un formidable puente entre los seres humanos.
Argentina es un país que sufre por estos días. Pobreza, inflación, devalución, desocupación y recesión conforman un menú de dudoso valor nutritivo. Pese a este contexto, hay quienes confían en esta tierra.
Jefina Koivuniemi es oriunda de Finlandia, nación que integra el denominado Primer Mundo. Futbolista de 17 años, arribó hace una semana y media a Trelew por un intercambio cultural organizado por el Rotary Club. Sin saber una palabra de castellano, se embarcó en busca de un objetivo claro.
"Vine acá por el fútbol. El fútbol no es tan importante en Finlandia. En Argentina la gente mira y juega al fútbol. Quiero sentir cómo es vivir y jugar en un país donde el fútbol es el deporte más importante", indicó en inglés, el idioma en el que se hizo la entrevista.
Su familia de residencia, integrada por el matrimonio entre María Belén Bianchi y Osvaldo Martínez, tomó nota e hizo averiguaciones. En breve, Jefina terminará de fichar por Racing Club de Trelew, donde se entrena.
Latidos futboleros
A diferencia de lo que suele ocurrir en Argentina, Jefina, delantera y volante por derecha, empezó a jugar con niñas. Si bien el balompié no es pasión de multitudes en ese país escandinavo, la estructura finesa es superior a la argentina. Y eso ayudó a saciar su sed de futbolista desde muy pequeña.
"En Finlandia, hay otros deportes, como el hockey sobre el hielo. Pero me gusta el fútbol porque es muy fácil de jugar. Si tenés una pelota podás jugar en culaquier lugar. No necesitás tanto, está muy bueno eso", reflejó.
"En Finlandia, mi mamá, Paivi, piensa como yo. Me dijo que es genial que jugara en Argentina. Además, iba a conocer un lugar distinto. Mi papá, Janne y mis cinco hermanos también están contentos", indicó.
Jefina admira a Diego Maradona y a Lionel Messi. Pero su futbolista favorito es Sami Hyypia. "Él es finlandés y llegó a lo más alto. Ganó la Champions League con el Liverpool", dijo sobre el exzaguero del club inglés, ya retirado, quien marcó en la épica victoria ante el Milan en la final del 2005 en Turquía.
Adaptación sencilla
La adaptación no le resulta complicada a Jefina. "Me siento muy bien en Argentina. Estoy disfrutando mucho. Me siento feliz de estar aquí", reseñó. "La gente es muy diferente acá. Son divertidos, bailan y cantan, eso está muy bueno", expresó con un entusiamo desbordante.
Esa actitud jovial le permite una socialización veloz, pese a no saber español. "Mis compañeras en Racing son geniales. Me agradan mucho. Me hablan, me tratan de enseñar en castellano. Cuando digo algo en castellano lo festejan. Son muy positivas", resaltó.
"Me alientan cada vez que hago un gol. Es un gran grupo. Quiero aprender bien castellano para comunicarme mejor con ellas. Soy de hablar mucho y no saber el idioma me limita bastante. Quiero aprender el idioma, con algunos insultos, claro", expresó con picardía.
A nivel escolar, Jefina asiste a la Escuela 751 de Trelew, a 5° Segunda, donde tampoco encuentra trabas para relacionarse.
"Todos mis compañeros son muy amables conmigo. Tratan de hablarme, pese a no saber inglés. Solo un compañero de curso sabe. Con los maestros, todo bien también", remarcó.
"Por ahora, como no entiendo lo que se dice en clase, no puedo hacer la tarea. Ese es otro motivo para aprender castellano", indicó.
Sueños futuros
Por un año, Jefina permanecerá en la Argentina, donde conocerá cómo se vive un país futbolero. Pero sus aspiraciones trascienden a un campo de juego.
"Quiero disfrutar del fútbol acá. Pero no es lo único en lo que pienso. Quiero ser doctora. Me encantan química y matemáticas. Y también me encanta poder ayudar y estar con la gente, un médico hace eso", concluyó.
Con un balón en sus pies, Jefina Koivuniemi, hace una formidable inversión humana en la Argentina. Y prueba una vez que el fútbol es un formidable puente entre los seres humanos.