Mientras una organización internacional impulsa la creación de un santuario en territorio de Islandia, una empresa de ese país retomó hace pocos días la matanza de ballenas de aleta. A miles de kilómetros, Japón avanza con un pedido para frenar la moratoria a la caza comercial de ballenas, mientras en Europa se piensa en un santuario dentro del Mediterráneo.
En Islandia, la bahía de Klettsvik de las islas Westman se convertirá en un refugio en mar abierto para mamíferos marinos. Se trata de la misma localidad se rodó el filme de la orca en cautiverio más popular: ‘Liberad a Willy’.
Allí, la organización benéfica de conservación Sea Life Trust lleva planeando este proyecto desde hace seis años, que consiste en el traslado de dos ballenas beluga de 12 años de su cautiverio en China a un refugio a mar abierto. Lo que lo convierte en la primera iniciativa de esta envergadura que se desarrolla en el mundo.
La bahía de Klettsvik fue seleccionada hace dos años como el lugar idóneo para convertirse en recinto marino de 32.000 metros cuadrados acogerá a estas dos ballenas belugas. Además, las obras en la bahía ya han comenzado y se espera que concluyan en marzo de 2019.
Fútbol y ballenas
Islandia es un país que ha concitado la atención de la prensa mundial durante las últimas semanas a partir del debut de su seleccionado de fútbol en torneos de la Copa del Mundo. Pero más allá de la campaña deportiva, también varios titulares señalan que una empresa de ese país ha reiniciado la caza ilegal de ballenas.
Mientras en 2006 se aprobó una moratoria internacional para salvar a la ballena de aleta de la extinción, pero Japón e Islandia decidieron que no se iban a adherir. Y ahora la compañía islandesa Hvalur reanudó este mes la caza y la matanza de ballenas de aleta (Balaenoptera physalus) que se encuentra en peligro de extinción.
La primera caza de la temporada fue precisamente una ballena de aleta de 20 metros que fue cazada brutalmente usando arpones de granada. El arpón tiene un explosivo que se detona cuando la punta está a 50 centímetros del indefenso animal. Las rorcuales también están en la mira de los cazadores; son el segundo animal más grande del mundo, y se espera que 238 de estas sean asesinadas durante esta temporada.
Los islandeses en realidad no comen carne de ballena ni consumen ninguno de sus derivados, por lo que lo que es cazado por esta empresa se exporta a Japón para ser vendido como alimento y como suplemento “médico”. La exportación contraviene la prohibición del comercio internacional de carne de ballena interpuesta por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Un santuario en el Mediterráneo
Mientras tanto, en Europa se avanza en la conservación de las especies del Mediterráneo. Todas las especies de cetáceos y tortugas marinas que utilizan o habitan en las aguas del corredor marítimo que se extiende entre la península Ibérica y las islas Baleares vivirán en una reserva que blindará su conservación, con medidas como la prohibición de nuevos sondeos petroleros.
El Consejo de Ministros de España, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica, ha aprobado en la última semana un decreto por el que se declara Área Marina Protegida el Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo.
La medida llega medio año después de que lo propusiera la delegación española en una cumbre celebrada en Albania por los firmantes del llamado Convenio de Barcelona para la protección del Mediterráneo.
El corredor también será zona de reserva preventiva y el gobierno ya ha solicitado su inclusión a la lista de Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM).
El área que a partir de ahora estará blindada es una franja continua de aguas marítimas de más de 46.000 kilómetros cuadrados y de 85 kilómetros de anchura, que discurre entre el Cap de Creus, en Girona, hasta el Cabo de la Nao, en Alicante, y que es paralela a las costas de las Baleares. Según el propio ministerio, estas aguas tienen "un gran valor ecológico" y constituyen un corredor de migración de cetáceos de vital importancia para su supervivencia.
Japón quiere reanudar una vieja práctica
El dato menos alentador de todos es que Japón espera reanudar la caza comercial de ballenas, de acuerdo a datos que confirman que ese país asiático va a solicitar la reanudación de la caza comercial de ciertas especies de ballena, tras 30 años de suspensión total, en la reunión que la Comisión Ballenera Internacional (CBI) celebrará en septiembre en Brasil, informaron medios locales.
Japón busca que se permita la captura comercial de algunas especies como la ballena minke (rorcual aliblanco), de la que estima que hay un número relativamente abundante de ejemplares, según la propuesta del primer ministro, Shinzo Abe, aprobada el pasado 26 de junio.
La reunión de la CBI se celebrará entre el 10 y 14 de septiembre en Florianópolis, Brasil, y estará presidida por Joji Morishita, representante del gobierno japonés.
Durante el encuentro, Japón planea dar a conocer la caza comercial de cetáceos como su propuesta principal junto con otras ideas, como una revisión del sistema de toma de decisiones del organismo, según recogió la agencia Kyodo.
Dicha revisión de toma de decisiones se basa en lo siguiente: la Comisión Ballenera Internacional establece actualmente que es necesario obtener la aprobación de tres cuartas partes de sus 88 miembros para establecer cuotas de captura o zonas 'santuario' donde la caza de ballenas está prohibida, mientras que Tokio planteará bajar el número de apoyos necesarios a mayoría simple.
Tokio firmó la moratoria total de captura de ballenas con fines comerciales establecida en 1986 para tratar de conservar la especie y ese mismo año emprendió programas de capturas científicas, los cuales son defendidos dado que tienen como finalidad la gestión de recursos marinos.
Mientras una organización internacional impulsa la creación de un santuario en territorio de Islandia, una empresa de ese país retomó hace pocos días la matanza de ballenas de aleta. A miles de kilómetros, Japón avanza con un pedido para frenar la moratoria a la caza comercial de ballenas, mientras en Europa se piensa en un santuario dentro del Mediterráneo.
En Islandia, la bahía de Klettsvik de las islas Westman se convertirá en un refugio en mar abierto para mamíferos marinos. Se trata de la misma localidad se rodó el filme de la orca en cautiverio más popular: ‘Liberad a Willy’.
Allí, la organización benéfica de conservación Sea Life Trust lleva planeando este proyecto desde hace seis años, que consiste en el traslado de dos ballenas beluga de 12 años de su cautiverio en China a un refugio a mar abierto. Lo que lo convierte en la primera iniciativa de esta envergadura que se desarrolla en el mundo.
La bahía de Klettsvik fue seleccionada hace dos años como el lugar idóneo para convertirse en recinto marino de 32.000 metros cuadrados acogerá a estas dos ballenas belugas. Además, las obras en la bahía ya han comenzado y se espera que concluyan en marzo de 2019.
Fútbol y ballenas
Islandia es un país que ha concitado la atención de la prensa mundial durante las últimas semanas a partir del debut de su seleccionado de fútbol en torneos de la Copa del Mundo. Pero más allá de la campaña deportiva, también varios titulares señalan que una empresa de ese país ha reiniciado la caza ilegal de ballenas.
Mientras en 2006 se aprobó una moratoria internacional para salvar a la ballena de aleta de la extinción, pero Japón e Islandia decidieron que no se iban a adherir. Y ahora la compañía islandesa Hvalur reanudó este mes la caza y la matanza de ballenas de aleta (Balaenoptera physalus) que se encuentra en peligro de extinción.
La primera caza de la temporada fue precisamente una ballena de aleta de 20 metros que fue cazada brutalmente usando arpones de granada. El arpón tiene un explosivo que se detona cuando la punta está a 50 centímetros del indefenso animal. Las rorcuales también están en la mira de los cazadores; son el segundo animal más grande del mundo, y se espera que 238 de estas sean asesinadas durante esta temporada.
Los islandeses en realidad no comen carne de ballena ni consumen ninguno de sus derivados, por lo que lo que es cazado por esta empresa se exporta a Japón para ser vendido como alimento y como suplemento “médico”. La exportación contraviene la prohibición del comercio internacional de carne de ballena interpuesta por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Un santuario en el Mediterráneo
Mientras tanto, en Europa se avanza en la conservación de las especies del Mediterráneo. Todas las especies de cetáceos y tortugas marinas que utilizan o habitan en las aguas del corredor marítimo que se extiende entre la península Ibérica y las islas Baleares vivirán en una reserva que blindará su conservación, con medidas como la prohibición de nuevos sondeos petroleros.
El Consejo de Ministros de España, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica, ha aprobado en la última semana un decreto por el que se declara Área Marina Protegida el Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo.
La medida llega medio año después de que lo propusiera la delegación española en una cumbre celebrada en Albania por los firmantes del llamado Convenio de Barcelona para la protección del Mediterráneo.
El corredor también será zona de reserva preventiva y el gobierno ya ha solicitado su inclusión a la lista de Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM).
El área que a partir de ahora estará blindada es una franja continua de aguas marítimas de más de 46.000 kilómetros cuadrados y de 85 kilómetros de anchura, que discurre entre el Cap de Creus, en Girona, hasta el Cabo de la Nao, en Alicante, y que es paralela a las costas de las Baleares. Según el propio ministerio, estas aguas tienen "un gran valor ecológico" y constituyen un corredor de migración de cetáceos de vital importancia para su supervivencia.
Japón quiere reanudar una vieja práctica
El dato menos alentador de todos es que Japón espera reanudar la caza comercial de ballenas, de acuerdo a datos que confirman que ese país asiático va a solicitar la reanudación de la caza comercial de ciertas especies de ballena, tras 30 años de suspensión total, en la reunión que la Comisión Ballenera Internacional (CBI) celebrará en septiembre en Brasil, informaron medios locales.
Japón busca que se permita la captura comercial de algunas especies como la ballena minke (rorcual aliblanco), de la que estima que hay un número relativamente abundante de ejemplares, según la propuesta del primer ministro, Shinzo Abe, aprobada el pasado 26 de junio.
La reunión de la CBI se celebrará entre el 10 y 14 de septiembre en Florianópolis, Brasil, y estará presidida por Joji Morishita, representante del gobierno japonés.
Durante el encuentro, Japón planea dar a conocer la caza comercial de cetáceos como su propuesta principal junto con otras ideas, como una revisión del sistema de toma de decisiones del organismo, según recogió la agencia Kyodo.
Dicha revisión de toma de decisiones se basa en lo siguiente: la Comisión Ballenera Internacional establece actualmente que es necesario obtener la aprobación de tres cuartas partes de sus 88 miembros para establecer cuotas de captura o zonas 'santuario' donde la caza de ballenas está prohibida, mientras que Tokio planteará bajar el número de apoyos necesarios a mayoría simple.
Tokio firmó la moratoria total de captura de ballenas con fines comerciales establecida en 1986 para tratar de conservar la especie y ese mismo año emprendió programas de capturas científicas, los cuales son defendidos dado que tienen como finalidad la gestión de recursos marinos.