El objetivo del TPP -formado ahora por Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam- es establecer relaciones de libre comercio entre países cuyas costas dan al océano Pacífico.
Hasta enero de 2017, Estados Unidos era el país que más aportaba a las importaciones y exportaciones entre los miembros del TPP, pero una de las primeras medidas del presidente estadounidense, Donald Trump, al llegar al poder fue retirarlo del acuerdo.
Tras la salida de Estados Unidos el acuerdo peligró, pero liderados por el primer ministro japonés Shinzo Abe, las otras naciones decidieron adaptarlo al cambio y seguir adelante dejando la puerta abierta a un eventual regreso de ese país.
El acuerdo estuvo cerca de cerrarse en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico celebrada en noviembre en Vietnam, pero desacuerdos menores expresados por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, hicieron que se atrasara.
El tratado permite a los países latinoamericanos una vía de comercio con potencias económicas como Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda o Brunei, todos ellos entre los 25 países con mayor PBI per cápita del mundo según el Fondo Monetario Internacional.
Entre los países firmantes suman 13% del PIB mundial y el tratado abre el acceso a un mercado de 463 millones de habitantes con un PIB per cápita promedio de 22.000 dólares, el doble del promedio mundial en 2016.
Durante 2014, las exportaciones hechas por los integrantes del TPP sumaron US$ 4,22 billones, alcanzando a representar 24,9% del total mundial, mientras que las importaciones fueron de US$ 4,99 billones y representaron 29% del total mundial, datos que se verán reducidos cuantiosamente sin la participación de Estados Unidos.
La firma de este acuerdo será uno de los últimos actos oficiales de Michelle Bachelet como presidenta de Chile, ya que el 11 de marzo, sólo tres días después, se producirá el cambio de mando en el que Sebastián Piñera asumirá su segundo mandato.
Tras la firma, el TPP-11 entrará en vigor 60 días después de que lo ratifiquen en sus respectivos parlamentos seis de los once países firmantes.
La aprobación del acuerdo en el Congreso chileno se da por hecha y los gremios creen necesario que se haga con la mayor celeridad posible por los beneficios que traerá al país.
Los principales productos que exporta Chile a otros países del TPP son cobre, frutas y productos del mar, e importa petróleo, artículos de telecomunicaciones y vehículos, por lo que es beneficiosa la presencia en el acuerdo de países productores de estos bienes.
El sector de la economía chilena que se verá más beneficiado con la firma de este nuevo acuerdo es la industria alimenticia, en concreto las exportaciones de carne de cerdo, fruta y vino.
Los envíos de carne de cerdo a los países del Tratado en 2017 ascendieron a 141 millones de dólares, principalmente gracias a Japón, quien recibe 25% de las exportaciones chilenas de carne de cerdo, cifra que se espera que suba, ya que con el nuevo acuerdo se rebajará el arancel y el precio de importación estándar en el país nipón.
También debería mejorar la situación arancelaria que enfrentan algunas frutas, como las naranjas y las uvas, en el mercado japonés.
El vino chileno, uno de los productos más codiciados en el extranjero, y por tanto uno de los más exportados, también debiera verse beneficiado por el acuerdo con mercados emergentes y pujantes como Vietnam y Malasia.
El objetivo del TPP -formado ahora por Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam- es establecer relaciones de libre comercio entre países cuyas costas dan al océano Pacífico.
Hasta enero de 2017, Estados Unidos era el país que más aportaba a las importaciones y exportaciones entre los miembros del TPP, pero una de las primeras medidas del presidente estadounidense, Donald Trump, al llegar al poder fue retirarlo del acuerdo.
Tras la salida de Estados Unidos el acuerdo peligró, pero liderados por el primer ministro japonés Shinzo Abe, las otras naciones decidieron adaptarlo al cambio y seguir adelante dejando la puerta abierta a un eventual regreso de ese país.
El acuerdo estuvo cerca de cerrarse en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico celebrada en noviembre en Vietnam, pero desacuerdos menores expresados por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, hicieron que se atrasara.
El tratado permite a los países latinoamericanos una vía de comercio con potencias económicas como Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda o Brunei, todos ellos entre los 25 países con mayor PBI per cápita del mundo según el Fondo Monetario Internacional.
Entre los países firmantes suman 13% del PIB mundial y el tratado abre el acceso a un mercado de 463 millones de habitantes con un PIB per cápita promedio de 22.000 dólares, el doble del promedio mundial en 2016.
Durante 2014, las exportaciones hechas por los integrantes del TPP sumaron US$ 4,22 billones, alcanzando a representar 24,9% del total mundial, mientras que las importaciones fueron de US$ 4,99 billones y representaron 29% del total mundial, datos que se verán reducidos cuantiosamente sin la participación de Estados Unidos.
La firma de este acuerdo será uno de los últimos actos oficiales de Michelle Bachelet como presidenta de Chile, ya que el 11 de marzo, sólo tres días después, se producirá el cambio de mando en el que Sebastián Piñera asumirá su segundo mandato.
Tras la firma, el TPP-11 entrará en vigor 60 días después de que lo ratifiquen en sus respectivos parlamentos seis de los once países firmantes.
La aprobación del acuerdo en el Congreso chileno se da por hecha y los gremios creen necesario que se haga con la mayor celeridad posible por los beneficios que traerá al país.
Los principales productos que exporta Chile a otros países del TPP son cobre, frutas y productos del mar, e importa petróleo, artículos de telecomunicaciones y vehículos, por lo que es beneficiosa la presencia en el acuerdo de países productores de estos bienes.
El sector de la economía chilena que se verá más beneficiado con la firma de este nuevo acuerdo es la industria alimenticia, en concreto las exportaciones de carne de cerdo, fruta y vino.
Los envíos de carne de cerdo a los países del Tratado en 2017 ascendieron a 141 millones de dólares, principalmente gracias a Japón, quien recibe 25% de las exportaciones chilenas de carne de cerdo, cifra que se espera que suba, ya que con el nuevo acuerdo se rebajará el arancel y el precio de importación estándar en el país nipón.
También debería mejorar la situación arancelaria que enfrentan algunas frutas, como las naranjas y las uvas, en el mercado japonés.
El vino chileno, uno de los productos más codiciados en el extranjero, y por tanto uno de los más exportados, también debiera verse beneficiado por el acuerdo con mercados emergentes y pujantes como Vietnam y Malasia.