Los Ministerios de Interior y Defensa dijeron en un comunicado que 28 islamistas radicales, 10 miembros de fuerzas de seguridad y siete civiles fallecieron en el ataque de los extremistas a la ciudad fronteriza de Ben Guerdan, que tuvo como principal blanco una comisaría y un cuartel militar.
El parte agregó que el gobierno cerró los dos pasos fronterizos hacia Libia, ubicada al este de Túnez.
El ataque se produjo en la madrugada local, en un área de Ben Guerdan donde se concentran varios edificios relacionados con las fuerzas de Seguridad, y fue perpetrado "por un grupo rebelde que cruzó la frontera en varios vehículos y usaron armas ligeras e incluso lanzagranadas clase RPG ", informó una fuente militar local.
La operación defensiva proseguía varias horas después del inicio de los enfrentamientos, y unidades de la lucha antiterrorista buscaban casa por casa y barrio por barrio en esa ciudad y en las zonas aledañas a la frontera con Libia.
Además, los ministerios de Interior y de Defensa ampliaron el despliegue en la zona con helicópteros, vehículos militares y tropas especiales de asalto, agentes de inteligencia y unidades de la lucha antiterrorista.
"Se buscan cómplices y posibles participantes en el ataque", detalló la fuente, que prefirió no ser identificada.
Fuentes de Seguridad y médicas que prefirieron no identificarse afirmaron que entre los civiles muertos hubo una niña de 12 años.
Este es el segundo incidente armado de esta naturaleza que sucede en Ben Guerdan en los últimos cinco días, después de que el pasado miércoles otros cinco yihadistas cruzaran la frontera de la misma manera y se atrincheraran en un casa antes de ser abatidos por unidades especiales de la lucha antiterrorista.
Las fuerzas de seguridad indicaron entonces que los insurgentes estaban vinculados con la rama libia del grupo yihadista EI y que entraron en el país de forma irregular a través de la frontera a bordo de varios vehículos cuatro por cuatro. El gobierno dijo al día siguiente que querían infiltrarse para cometer atentados.
Ben Guerdan, situada a unos 50 kilómetros al este de la frontera con Libia, está considerada la capital del tráfico ilegal en Túnez y la localidad de la que más personas partieron para sumarse a la yihad mundial y a grupos armados en Irak desde la creación de la red Al Qaeda.
La policía fronteriza tunecina estaba en estado de alerta máxima desde que hace dos semanas aviones de combate estadounidenses mataran a 50 personas -en su mayoría tunecinos- en un bombardeo contra objetivos de la rama libia del EI en la ciudad libia de Sabratah, a unos 100 kilómetros de la frontera con Túnez.
Según el Pentágono el fin último del ataque era matar a Nourdine Chouchane, un conocido cabecilla yihadista tunecino al que se acusa de instigar dos de los tres atentados que Túnez sufrió en 2015 y que luchó junto al Estado Islámico en Siria e Irak.
Las zona de desierto del sur de Túnez que se extiende entre Libia y Argelia se han convertido en los últimos años en lugar de reunión y paso de cientos de yihadistas procedentes de todos los puntos del Sahel y del norte de África que pretenden sumarse a la lucha armada en territorio libio.
Los Ministerios de Interior y Defensa dijeron en un comunicado que 28 islamistas radicales, 10 miembros de fuerzas de seguridad y siete civiles fallecieron en el ataque de los extremistas a la ciudad fronteriza de Ben Guerdan, que tuvo como principal blanco una comisaría y un cuartel militar.
El parte agregó que el gobierno cerró los dos pasos fronterizos hacia Libia, ubicada al este de Túnez.
El ataque se produjo en la madrugada local, en un área de Ben Guerdan donde se concentran varios edificios relacionados con las fuerzas de Seguridad, y fue perpetrado "por un grupo rebelde que cruzó la frontera en varios vehículos y usaron armas ligeras e incluso lanzagranadas clase RPG ", informó una fuente militar local.
La operación defensiva proseguía varias horas después del inicio de los enfrentamientos, y unidades de la lucha antiterrorista buscaban casa por casa y barrio por barrio en esa ciudad y en las zonas aledañas a la frontera con Libia.
Además, los ministerios de Interior y de Defensa ampliaron el despliegue en la zona con helicópteros, vehículos militares y tropas especiales de asalto, agentes de inteligencia y unidades de la lucha antiterrorista.
"Se buscan cómplices y posibles participantes en el ataque", detalló la fuente, que prefirió no ser identificada.
Fuentes de Seguridad y médicas que prefirieron no identificarse afirmaron que entre los civiles muertos hubo una niña de 12 años.
Este es el segundo incidente armado de esta naturaleza que sucede en Ben Guerdan en los últimos cinco días, después de que el pasado miércoles otros cinco yihadistas cruzaran la frontera de la misma manera y se atrincheraran en un casa antes de ser abatidos por unidades especiales de la lucha antiterrorista.
Las fuerzas de seguridad indicaron entonces que los insurgentes estaban vinculados con la rama libia del grupo yihadista EI y que entraron en el país de forma irregular a través de la frontera a bordo de varios vehículos cuatro por cuatro. El gobierno dijo al día siguiente que querían infiltrarse para cometer atentados.
Ben Guerdan, situada a unos 50 kilómetros al este de la frontera con Libia, está considerada la capital del tráfico ilegal en Túnez y la localidad de la que más personas partieron para sumarse a la yihad mundial y a grupos armados en Irak desde la creación de la red Al Qaeda.
La policía fronteriza tunecina estaba en estado de alerta máxima desde que hace dos semanas aviones de combate estadounidenses mataran a 50 personas -en su mayoría tunecinos- en un bombardeo contra objetivos de la rama libia del EI en la ciudad libia de Sabratah, a unos 100 kilómetros de la frontera con Túnez.
Según el Pentágono el fin último del ataque era matar a Nourdine Chouchane, un conocido cabecilla yihadista tunecino al que se acusa de instigar dos de los tres atentados que Túnez sufrió en 2015 y que luchó junto al Estado Islámico en Siria e Irak.
Las zona de desierto del sur de Túnez que se extiende entre Libia y Argelia se han convertido en los últimos años en lugar de reunión y paso de cientos de yihadistas procedentes de todos los puntos del Sahel y del norte de África que pretenden sumarse a la lucha armada en territorio libio.