Los datos surgen de un informe sobre adolescentes de la Ciudad que, elaborado en conjunto por el Consejo Económico y el Centro de Estudios de Opinión Pública de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, también reveló que el acceso a la red se produce fundamentalmente desde los teléfonos móviles.
Así, el 54,8 por ciento usa su smartphone entre 2 y 12 horas diarias, con un pico del 11,44% que lo usa las 24 horas del día.
Apenas cinco años atrás, sólo el 9,6 por ciento de los chicos argentinos de entre 13 y 17 años miraba menos de un hora diaria de televisión en días laborables, según la Encuesta a Adolescentes sobre Consumo de Medios que Unicef realizó en las grandes urbes de todo el país.
“El consumo televisivo de los adolescentes está en descenso, pero esa variable hay que sopesarla con el uso de Internet y las redes sociales", dijo a Télam Sergio Abrevaya, presidente del Consejo Económico y Social de la Ciudad.
Para Abrevaya, el descenso del consumo televisivo de los adolescentes en favor de las pantallas conectadas a Internet se explica en que “mutó el interés del chico”, que ahora privilegia aquellos dispositivos que le permiten "interactuar" con otros, y es a través de esta interacción que se informa, se entretiene y adquiere conocimientos que antes podía obtener a través de la televisión.
Esto se pone en evidencia cuando se analizan cuáles son las actividades (enumeradas en categorías no excluyentes) que los adolescentes realizan en la web: casi el 67 por ciento está en Facebook; el 65,8%, en Youtube; el 42,33%, en Twitter; el 22% busca información para el colegio; el 21,7% chatea con sus amigos; el 21% baja música; el 18% está en otras redes sociales y el 15% juega online.
“Si bien es cierto que hay un uso de Internet para ver series y otras propuestas que no son nuevas y que también podrían encontrarse en la TV, lo más importante es la interacción que tiene que ver con un cambio de paradigma según el cual el conocimiento no es algo que se imparta desde un solo lugar, sino que es co-construido y la redes sociales son elementos de co-construcción del conocimiento junto con Google y Wikipedia”, consideró.
En paralelo, sólo el 10,5% de los adolescentes entra en páginas deportivas y el 3,64% se informa a través de diarios online.
“Hoy las noticias pasan por Facebook y Twitter: no es que los chicos estén desinformados, sino que se informan por las redes sociales”, contextualizó.
“Esta nueva era” en la que los adolescentes se informan y construyen conocimiento en su vida diaria, supone desafíos para el sistema educativo de hoy que aún está "pensado para que el maestro imparta el conocimiento desde el pizarrón”, afirmó el titular del Consejo.
Esta incomprensión se evidencia, por ejemplo, en que “cuando un chico saca un celular en clase, la profesora dice que lo guarde porque no puede hablar por teléfono, cuando el chico no lo tiene para hablar sino para interactuar y porque es es una minicomputadora”.
“También hay un reclamo de los mismos chicos para que los profesores sepan manejar mejor Internet, porque los docentes siempre les piden a los chicos que usen Google o el mail, pero no incorporan las redes sociales”, continuó.
Esta predilección por la adquisición de conocimientos a través de la interacción se evidencia también en que el 88% de los estudiantes dijo que preferiría seguir asistiendo a clase si existiera la posibilidad de estudiar desde sus casas y a través de la red.
Asimismo, el estudio confirmó que los smartphones le están ganando en popularidad a otras pantallas conectadas a la web, como las PC o notebooks.
La encuesta se realizó con 848 alumnos secundarios de escuelas públicas y privadas porteñas y buscó indagar sobre la percepción de la escuela que tienen los estudiantes y algunos aspectos de su vida cotidiana vinculados con su formación personal.
Los datos surgen de un informe sobre adolescentes de la Ciudad que, elaborado en conjunto por el Consejo Económico y el Centro de Estudios de Opinión Pública de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, también reveló que el acceso a la red se produce fundamentalmente desde los teléfonos móviles.
Así, el 54,8 por ciento usa su smartphone entre 2 y 12 horas diarias, con un pico del 11,44% que lo usa las 24 horas del día.
Apenas cinco años atrás, sólo el 9,6 por ciento de los chicos argentinos de entre 13 y 17 años miraba menos de un hora diaria de televisión en días laborables, según la Encuesta a Adolescentes sobre Consumo de Medios que Unicef realizó en las grandes urbes de todo el país.
“El consumo televisivo de los adolescentes está en descenso, pero esa variable hay que sopesarla con el uso de Internet y las redes sociales", dijo a Télam Sergio Abrevaya, presidente del Consejo Económico y Social de la Ciudad.
Para Abrevaya, el descenso del consumo televisivo de los adolescentes en favor de las pantallas conectadas a Internet se explica en que “mutó el interés del chico”, que ahora privilegia aquellos dispositivos que le permiten "interactuar" con otros, y es a través de esta interacción que se informa, se entretiene y adquiere conocimientos que antes podía obtener a través de la televisión.
Esto se pone en evidencia cuando se analizan cuáles son las actividades (enumeradas en categorías no excluyentes) que los adolescentes realizan en la web: casi el 67 por ciento está en Facebook; el 65,8%, en Youtube; el 42,33%, en Twitter; el 22% busca información para el colegio; el 21,7% chatea con sus amigos; el 21% baja música; el 18% está en otras redes sociales y el 15% juega online.
“Si bien es cierto que hay un uso de Internet para ver series y otras propuestas que no son nuevas y que también podrían encontrarse en la TV, lo más importante es la interacción que tiene que ver con un cambio de paradigma según el cual el conocimiento no es algo que se imparta desde un solo lugar, sino que es co-construido y la redes sociales son elementos de co-construcción del conocimiento junto con Google y Wikipedia”, consideró.
En paralelo, sólo el 10,5% de los adolescentes entra en páginas deportivas y el 3,64% se informa a través de diarios online.
“Hoy las noticias pasan por Facebook y Twitter: no es que los chicos estén desinformados, sino que se informan por las redes sociales”, contextualizó.
“Esta nueva era” en la que los adolescentes se informan y construyen conocimiento en su vida diaria, supone desafíos para el sistema educativo de hoy que aún está "pensado para que el maestro imparta el conocimiento desde el pizarrón”, afirmó el titular del Consejo.
Esta incomprensión se evidencia, por ejemplo, en que “cuando un chico saca un celular en clase, la profesora dice que lo guarde porque no puede hablar por teléfono, cuando el chico no lo tiene para hablar sino para interactuar y porque es es una minicomputadora”.
“También hay un reclamo de los mismos chicos para que los profesores sepan manejar mejor Internet, porque los docentes siempre les piden a los chicos que usen Google o el mail, pero no incorporan las redes sociales”, continuó.
Esta predilección por la adquisición de conocimientos a través de la interacción se evidencia también en que el 88% de los estudiantes dijo que preferiría seguir asistiendo a clase si existiera la posibilidad de estudiar desde sus casas y a través de la red.
Asimismo, el estudio confirmó que los smartphones le están ganando en popularidad a otras pantallas conectadas a la web, como las PC o notebooks.
La encuesta se realizó con 848 alumnos secundarios de escuelas públicas y privadas porteñas y buscó indagar sobre la percepción de la escuela que tienen los estudiantes y algunos aspectos de su vida cotidiana vinculados con su formación personal.