Mató y pidió perdón: es el caso del hombre que asesinó a su pareja en Esquel

Fue ayer durante la primera jornada del juicio. “Le pido perdón a mi suegro y a mi cuñado. Ellos saben que yo los quiero mucho”, dijo el acusado.

19 AGO 2014 - 23:01 | Actualizado

Con los alegatos de apertura, la declaración de los primeros testigos y breves expresiones del imputado, dio comienzo ayer el juicio por el crimen de Cristina Cayecul, y por los hechos que afectaron a un vecino de la mujer y un taxista, cuyo vehículo abordó el imputado para darse a la fuga. En la sala estaban presentes el papá y el hermano de la víctima, entre otros familiares y allegados. El imputado visiblemente nervioso, entre llantos pidió perdón a la familia “a mi suegro, a mi cuñado, a todos, ellos saben que yo los quiero mucho, a todos, los quiero mucho.”

Fernanda Révori es la fiscal que tuvo a su cargo la investigación. En el juicio está acompañada por el fiscal Fernando Rivarola. En su alegato de apertura se refirió sintéticamente a la historia de la pareja conformada por Cristina Cayecul y Esteban Orias.

Relato fiscal

Habló de la etapa de noviazgo, de los diez años de convivencia, de sus dos hijos y del historial de violencia por el que se vio atravesada la pareja.

Argumentó la fiscal que el viernes 21 de junio de 2013, aproximadamente a las 20:30, Orias portando un arma de fuego cargada, fue en su vehículo desde Lago Rosario a Esquel, estacionó a unos 200 metros de la vivienda que alquilaba Cristina y sabiendo que estaba sola, ya que él se había llevado a los niños el día anterior a Lago Rosario, irrumpió en el domicilio del barrio Badén I. Saltó el portón de rejas que estaba cerrado con candado, comenzó a agredir a Cayecul con sus manos y un alambre, forcejeando con ella para quitarle el celular y finalmente extrajo el arma de fuego que portaba y le disparó 6 veces.

Al inicio de la secuencia, al escuchar los gritos de la víctima, se acercó un vecino a ver qué pasaba. Orias lo miró de forma intimidatoria, le apuntó con el arma de fuego, el vecino se tiró al piso y regresó a su vivienda para protegerse.

Orias huyó del lugar en un taxi a cuyo chofer le indicó un recorrido en medio de amenazas que derivaron en un forcejeo por el control del rodado hasta que en un momento –según la Fiscalía- le gatilló varias veces sin que salieran las balas.

Querella

El abogado querellante, Alejandro Castillo, relató el tramo del hecho que afecta a su representado, el taxista. Sostuvo que ese relato de los hechos será probado durante el debate. Resaltó que Orias tuvo el dominio de la situación durante todo ese derrotero, que deseó darle muerte a su cliente para garantizarse la impunidad frente al crimen de su expareja que le había confesado.

Emoción violenta

Orias está patrocinado por el defensor público Bruno Deias quien reconoció que la tarea que recayó en la Defensa Pública no es nada sencilla. “Este es un juicio, a mi entender, de pura interpretación”. Varias cuestiones fueron aceptadas sin cuestionamientos. “Esta defensa admite que el hecho ha existido, obviamente, y admite que el señor Orias, Esteban es el autor de dicho hecho. Este será un juicio que va a versar solamente sobre la subjetividad, la responsabilidad que le pueda caber al señor Orias en el desarrollo de la conducta que desempeñó en esa ocasión. Y en este supuesto, cuanto más he estudiado el caso más he caído en el convencimiento de que el señor Orias ha actuado en un estado de emoción violenta y que es un caso prácticamente de libro”.

El defensor señaló que una línea muy frágil separa a la emoción violenta del trastorno mental transitorio. El caso de la defensa será la actuación en estado de emoción violenta, pero adelantó Deias que no descarta que su cliente hubiera estado afectado por un trastorno mental transitorio.

El defensor considera que por haber actuado en estado de emoción violenta no incidirá que se lo acuse en relación a la normativa de género, ya que la pena aplicable desciende notablemente.

Pero además indicó que a su criterio en este caso no resultó determinante la cuestión de género, sino todo lo contrario. “La relación de pareja, de afecto por la que se vio signado este hecho, resulta ser el núcleo de los hechos según la visión de este Ministerio”.

Abuso de arma

El defensor entendió que la conducta en relación al vecino no se puede enmarcar en la coacción, sino en el abuso de armas, también cometido bajo un estado de emoción violenta.

Respecto del taxista, Deias considera que no se puede hablar de tentativa de homicidio como sostiene el querellante ya que el arma no tenía municiones, por lo tanto no pudo haber intención de matar con un medio inapropiado.

El juicio continuará durante la semana con la declaración de más testigos, según trascendió en el juicio.

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19 AGO 2014 - 23:01

Con los alegatos de apertura, la declaración de los primeros testigos y breves expresiones del imputado, dio comienzo ayer el juicio por el crimen de Cristina Cayecul, y por los hechos que afectaron a un vecino de la mujer y un taxista, cuyo vehículo abordó el imputado para darse a la fuga. En la sala estaban presentes el papá y el hermano de la víctima, entre otros familiares y allegados. El imputado visiblemente nervioso, entre llantos pidió perdón a la familia “a mi suegro, a mi cuñado, a todos, ellos saben que yo los quiero mucho, a todos, los quiero mucho.”

Fernanda Révori es la fiscal que tuvo a su cargo la investigación. En el juicio está acompañada por el fiscal Fernando Rivarola. En su alegato de apertura se refirió sintéticamente a la historia de la pareja conformada por Cristina Cayecul y Esteban Orias.

Relato fiscal

Habló de la etapa de noviazgo, de los diez años de convivencia, de sus dos hijos y del historial de violencia por el que se vio atravesada la pareja.

Argumentó la fiscal que el viernes 21 de junio de 2013, aproximadamente a las 20:30, Orias portando un arma de fuego cargada, fue en su vehículo desde Lago Rosario a Esquel, estacionó a unos 200 metros de la vivienda que alquilaba Cristina y sabiendo que estaba sola, ya que él se había llevado a los niños el día anterior a Lago Rosario, irrumpió en el domicilio del barrio Badén I. Saltó el portón de rejas que estaba cerrado con candado, comenzó a agredir a Cayecul con sus manos y un alambre, forcejeando con ella para quitarle el celular y finalmente extrajo el arma de fuego que portaba y le disparó 6 veces.

Al inicio de la secuencia, al escuchar los gritos de la víctima, se acercó un vecino a ver qué pasaba. Orias lo miró de forma intimidatoria, le apuntó con el arma de fuego, el vecino se tiró al piso y regresó a su vivienda para protegerse.

Orias huyó del lugar en un taxi a cuyo chofer le indicó un recorrido en medio de amenazas que derivaron en un forcejeo por el control del rodado hasta que en un momento –según la Fiscalía- le gatilló varias veces sin que salieran las balas.

Querella

El abogado querellante, Alejandro Castillo, relató el tramo del hecho que afecta a su representado, el taxista. Sostuvo que ese relato de los hechos será probado durante el debate. Resaltó que Orias tuvo el dominio de la situación durante todo ese derrotero, que deseó darle muerte a su cliente para garantizarse la impunidad frente al crimen de su expareja que le había confesado.

Emoción violenta

Orias está patrocinado por el defensor público Bruno Deias quien reconoció que la tarea que recayó en la Defensa Pública no es nada sencilla. “Este es un juicio, a mi entender, de pura interpretación”. Varias cuestiones fueron aceptadas sin cuestionamientos. “Esta defensa admite que el hecho ha existido, obviamente, y admite que el señor Orias, Esteban es el autor de dicho hecho. Este será un juicio que va a versar solamente sobre la subjetividad, la responsabilidad que le pueda caber al señor Orias en el desarrollo de la conducta que desempeñó en esa ocasión. Y en este supuesto, cuanto más he estudiado el caso más he caído en el convencimiento de que el señor Orias ha actuado en un estado de emoción violenta y que es un caso prácticamente de libro”.

El defensor señaló que una línea muy frágil separa a la emoción violenta del trastorno mental transitorio. El caso de la defensa será la actuación en estado de emoción violenta, pero adelantó Deias que no descarta que su cliente hubiera estado afectado por un trastorno mental transitorio.

El defensor considera que por haber actuado en estado de emoción violenta no incidirá que se lo acuse en relación a la normativa de género, ya que la pena aplicable desciende notablemente.

Pero además indicó que a su criterio en este caso no resultó determinante la cuestión de género, sino todo lo contrario. “La relación de pareja, de afecto por la que se vio signado este hecho, resulta ser el núcleo de los hechos según la visión de este Ministerio”.

Abuso de arma

El defensor entendió que la conducta en relación al vecino no se puede enmarcar en la coacción, sino en el abuso de armas, también cometido bajo un estado de emoción violenta.

Respecto del taxista, Deias considera que no se puede hablar de tentativa de homicidio como sostiene el querellante ya que el arma no tenía municiones, por lo tanto no pudo haber intención de matar con un medio inapropiado.

El juicio continuará durante la semana con la declaración de más testigos, según trascendió en el juicio.


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